En diciembre de 2015, París será escenario de una nueva Cumbre sobre el Cambio Climático. Durante los 20 años anteriores se ha estado mareando la perdiz del cambio climático porque cada uno defendía sus intereses y no nos creíamos que era cierto. Ahora ante las evidencias del deterioro del clima es necesario un compromiso vinculante internacional para la reducción de los gases de efecto invernadero, incluidas las grandes potencias.

Hay razones para pensar que la Conferencia de las Partes o COP 21 de París, marcará un antes y un después en la lucha contra el cambio climático, gracias a la consecución de un compromiso vinculante y definitivo para la reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera a partir del año 2020. Hasta esa fecha durará el aplazamiento que, desde la COP de Copenhague, se hizo al Protocolo de Kyoto, el cual marcaba un recorte en las emisiones de CO 2 del 15 % para los países firmantes con respecto a lo emitido en 1990. ¿Serán capaces ahora las grandes potencias industriales de limitar sus emisiones?

El ‘Acuerdo universal sobre el cambio climático’ que se pretende cerrar en París tiene como objetivo principal limitar el aumento de la temperatura global en menos de 2º C. Pero todo se ha complicado más después de los atentados de París del pasado 13 de noviembre en el que murieron 129 personas y casi 300 resultaron heridas. La seguridad ha pasado al primer término de la conferencia y se han prohibido todas las manifestaciones populares con motivo de la cumbre climática.

No obstante esto, el país organizador, Francia, defenderá una posición ambiciosa, centrada en el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 40 % en 2030 y un 60 % en 2040 (respecto a 1990), en el marco de las próximas discusiones europeas.

Esto estará prohibido durante la cumbre



Sobre esa base genérica y otras tantas propuestas, cada parte discutirá durante dos semanas en París (en Le Bourget) las matizaciones y los condicionantes, pero con la obligación de cumplir lo establecido. La falta de éxito de las anteriores cumbres ha sido, en gran medida, la no ratificación de lo acordado por parte de las grandes potencias y algunos países desarrollados, que son los causantes de más de la mitad de las emisiones contaminantes. Sin embargo, esa situación parece que ha cambiado en parte durante los últimos años.

El camino es el decidido apoyo de la administración norteamericana de Barack Obama a favor de la lucha contra el cambio climático, especialmente durante la Cumbre por el Clima que ha tenido lugar este mes de octubre en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, que hace pensar que la lucha contra el cambio climático puede ser más efectiva a partir de ahora. Las negociaciones mantenidas ahora entre más de 120 países culminaran en ese gran pacto, en diciembre en París.

Pero no todo es optimismo: los recientes desacuerdos sobre la forma en que se debe combatir el terrorismo –algo que se acaba de vivir de forma dramática- no auguran acuerdos definitivos sobre el clima. El egoísmo, individual o colectivo, es muy potente.

Más información: http://www.cop21.gouv.fr/projets/escp-europe/