Crema de guisantes.

¿Con qué?

Trescientos gramos de guisantes, una cebolleta, dos patatas medianas, mantequilla, aceite de oliva, leche y sal.

¿Cómo?

Pelamos las patatas y las cortamos en rodajas pequeñas, las cocemos en una cazuela baja con poca agua sal, cuando llevan diez minutos hirviendo añadimos los guisantes y medio vaso de leche y dejamos que se cuezan.  Entretanto en una sartén vertemos una cucharada de aceite y rehogamos la cebolleta cortada en tiras a fuego muy bajo, a los cinco minutos añadimos una charada de mantequilla y esperamos a que se transparente. Retiramos unos cuantos guisantes de la cazuela y algo de agua si está muy líquido y echamos la cebolleta con su salsa. Batimos todo y pasamos por el chino y ponemos al fuego para que reduzca si es necesario y servimos con unos guisantes en cada plato o taza.

Macarrones con chorizo.

¿Con qué?

Un paquete de macarrones de medio kilo, una cebolla, seis tomates maduros, dos chorizos, queso rallado, aceite de oliva, azúcar y sal.

¿Cómo?

Esta es una receta especialmente querida de mi mujer, Soledad, que su madre hacía y les gustaba mucho a mis hijos cuando eran pequeños. Cocemos los macarrones en abundante agua -que hiervan diez minutos si se quiere al dente o doce si se quieren más blandos-. Cuando estén los escurrimos y pasamos por agua fría dos minutos; al mismo tiempo en una sartén con dos cucharadas de aceite pochamos la cebolla cortada en dados pequeños y cuando está transparente añadimos los tomates cortados en dados, pelados y sin las pepitas, salamos y ponemos un pellizco de azúcar. Cortamos los chorizos en trocitos y los añadimos a la salsa de tomate. En una fuente de horno echamos los macarrones y la salsa de tomate con el chorizo, cubrimos de queso rallado e introducimos en el horno a 190º C durante cinco minutos. Gratinamos otros cinco minutos más y servimos.

Sandía sin pepitas, si el tiempo lo permite.