El diario ABC, que dice ser el periódico al servicio de la monarquía, cerró filas para asumir “los límites del dolor”, según publicara el director, Bieito Rubido, el jueves día 20 de julio, tras de conocerse el suicidio de Miguel Blesa, matándose con su rifle de caza.

Algunos columnistas de ABC recurrieron a lo que pretendían. O sea, lo que señaló el tal Bieito. El cual dijo: “Los límites del reproche moral a través de los medios pueden llevar al infierno en vida. Tal vez Blesa no tuviera fácil defensa, pero la desproporción con que la Prensa aborda todos estos casos puede provocar situaciones límite que nos sonrojan por la deshumanización y el arrase de costumbres que ya no afectarán al muerto, pero sí amenazan a los vivos”.

Veamos a Isabel San Sebastián, que señaló lo siguiente a su manera habitual: “Blesa había sido condenado a la picota por las televisiones dedicadas al linchamiento del PP”.

¿Pero es que estamos de nuevo en la España de Franco? Los dictadores siempre quieren impedir que haya libertad de prensa y de otros medios de comunicación. Durante los cuarenta años de aquel Generalísimo era imposible ejercer en este país el periodismo de verdad. Entre la Iglesia de entonces y El cara al sol, los periodistas españoles éramos maltratados o teníamos que callar.