Acaba de ser 18 de julio y hace 81 años de un baño de sangre española que jamás debemos olvidar. No voy a contar que soy de aquellos años, porque me separan muchos del horror. Pero tengo algunos años y puedo contaros algunas cosas.

Sabéis (o no) que he pasado dos años en la cárcel por pertenecer a la Agrupación Socialista Universitaria (años 1969 y 70) y allí conocía a varios valencianos socialistas de primera categoría: de dos me acuerdo perfectamente, César Cimadevilla y Tomás Lloréns.

Con ellos hablé de la represión en su tierra y me decían: “Hay una frase que se repetía en todos los fusilamientos: Paterna, ejecución”. Esa era la orden simple y atroz de un militar frente a un preso político republicano.

Se calcula que unos 2.000 republicanos valencianos fueron fusilados en las tapias del cementerio de Paterna y enterrados en fosas comunes allí cerca.

Ahora, unos grupos de la sociedad valenciana han decidido buscar los restos de sus mayores cerca de los tapiales de Paterna. Y están apareciendo restos humanos dignos de un mejor entierro. Naturalmente, son republicanos.

Desde aquí pido a la sociedad valenciana: (“Eh, Ximo!”) que dediquen unos pocos esfuerzos y unos pocos recursos a evitar que la memoria funcione desequibrada: los franquistas, recordados, los republicanos, “mejor no revolver el pasado”.

¿Por qué esta injusticia y esta cobardía?

Desde aquí pido a los valencianos que ese horror que fue “Paterna:ejecución” tenga el consuelo de la dignidad final.