El ejercicio del voto es una condición indispensable para que se hable de democracia, es el método más seguro y fiable de que el pueblo se exprese y así se gobierne a sí mismo. No equivocadamente la palabra democracia significa gobierno del pueblo por el pueblo. Ahora bien, que el voto sea condición necesaria en democracia no quiere decir que sea condición suficiente y que sea democrático votar cualquier cosa, por cualquier conjunto de personas y de cualquier forma.

Empezaré por el tema del quién. Si alguien al leer el párrafo anterior ha pensado que mi intención es restringir el voto a una pequeña parte del pueblo, no ha podido equivocarse más, ya que para que el voto sea realmente signo de democracia debe estar extendido a la totalidad de la gente a la que afecte un determinado asunto. De esta forma, el sufragio censitario que existía en otras épocas en las que tan solo una parte enriquecida del pueblo podía expresar su opinión era de todo menos democrático y, de la misma forma, cuando en la actualidad se quiere que un asunto que afecta a la totalidad de un país sea votado únicamente por una región del mismo, esa acción de votar nada tiene que ver con la democracia.

Por otro lado, tampoco es democrático votar cualquier cosa. Pongamos un ejemplo, ¿sería democrático votar para eliminar la separación de poderes que es una condición indispensable para hablar de un estado democrático? ¿Sería democrático votar para acabar con un sistema democrático para establecer una dictadura en su lugar? La respuesta es clara: todos estos votos no serían democráticos, porque para que el voto sea democrático éste debe respetar la democracia y eso requiere el respeto a ciertos valores. Entre estos valores se encuentran, además de la separación de poderes y el respeto al propio sistema democrático, la igualdad y libertad del artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, la no discriminación presente en cualquier estado democrático, el respeto al imperio de la ley y una larguísima lista de cuestiones que no podría enumerar nunca al completo ya que es una lista númerus apertus.

Una gran cantidad de estos valores democráticos son violados por las posiciones nacionalistas y, sobre todo, son violados por aquellas posiciones nacionalistas que quieren crear un nuevo estado en contra del imperio de la ley, con las fronteras que conlleva y la desigualdad y falta de fraternidad que éstas provocan.

Finalmente está el cómo. Para que el voto sea democrático, el voto debe ser ejercido sin coacción, sin utilizar mentiras para conseguir el voto de la gente, con una pluralidad de opciones lo suficientemente amplias, con las todas las condiciones que garanticen un proceso limpio y real y con una participación suficiente para que la opinión expresada en las urnas realmente represente al pueblo entre muchas otras formas. La mayoría de requisitos en este bloque no se cumplieron en la consulta del 9N. Para que el voto sea democrático éste debe respetar la democracia

Por todo ello, lo que hizo el nacionalismo el 9 de noviembre y lo que pretende repetir en el futuro: votar un referéndum anticonstitucional, en el que participa una pequeña parte del pueblo afectado, basado en mentiras, falacias u omisiones de la verdad como los costes de la independencia y celebrado de cualquier forma para crear "un nuevo muro de Berlín", que ensalzará como cualquier frontera la desigualdad, la insolidaridad, el etnocentrismo, la xenofobia, la discriminación y una larga lista de valores antidemocráticos; jamás, repito, jamás, puede ser democrático.