Por mucho que ahora se pongan las manos en la cabeza y fuercen caras de asombro, la porquería que a borbotones emana estos días de las cloacas del PP, era más que conocida por quienes, con su voto a favor o abstención, permitieron que el jefe de una banda criminal fuera nombrado presidente del Gobierno de su país. No pueden hacernos creer que se sorprenden de lo que está sucediendo, aquellos que durante las dos consecutivas campañas electorales, utilizaron como principal argumentación contra Mariano Rajoy la corrupción del partido en el Gobierno y, por ende, de su presidente, el único político que ha permanecido en su cúpula directiva desde que el PP se llamaba Alianza Popular. 

Los golpistas de la gestora del PSOE y los camaleónicos dirigentes de Ciudadanos, son tan responsables de que España esté siendo expoliada por una cuadrilla de delincuentes, como el mismo Partido Popular. Ambos están traicionando el trabajo para el que fueron elegidos. Gestora y Ciudadanos optaron, de forma deliberada, por apoyar un gobierno que sabían deshonesto, convirtiéndose con ello en sus cómplices. No sólo son corruptos los políticos que se aprovechan del cargo en su beneficio, sino también  quienes teniendo conocimiento de un acto delictivo, no lo combaten e intentan obtener provecho (no necesariamente económico) de él. 

Tanto la Gestora del PSOE como la cúpula directiva de Ciudadanos han antepuesto el beneficio particular al general. Complicadas, y más que probablemente equivocadas, cábalas, los llevaron a pensar en futuros réditos electorales. Los primeros con la intención de dejar fuera de juego a Podemos, los segundos creyendo que se convertirían en imprescindibles socios de gobierno. Con su deliberada negligencia desistieron combatir contra el cáncer que corroe el estado y están favoreciendo su metástasis. 

Para el PP es una cuestión de vida o muerte mantener el poder, no sólo por supervivencia política, sino, sobre todo, para evitar que la justicia pueda actuar con libertad. La mayor urgencia del Gobierno no es la economía, la educación o la sanidad, ni tan siquiera la tan cacareada integridad territorial, es nombrar magistrados y fiscales que ayuden a mantener tapada la mayor parte posible del pastel. Romper discos duros ya no es suficiente, el PP ha necesitado subir un nivel más en su loca carrera por salvar el pellejo. Y en esa fuga, quien les ha facilitado el vehículo, los colaboradores necesarios, son la Gestora del PSOE y Ciudadanos. Cada día que pasa sin que pongan fin al gobierno de los corruptos, más corrompidos están también ellos.