Carme Chacón, sólo  tenías 46 años y, de pronto, te has ido. Hace mucho tiempo tuve la suerte de conocerte personalmente, y  nos seguimos viendo a lo largo de tus merecidas  victorias.  Siempre estabas a punto,  volcada en el PSOE y también en el PSC. No olvidaré nunca -cuando hace un par de años-  nos vimos en el pueblo de Sant Vicenç de Montalt-,   y juntos compartimos un acto multitudinario, que fue un éxito.

Carme no paraba.  Iba de aquí para allí, en favor, sin duda, del socialismo. En apoyo, sobre todo, de la ciudadanía más débil y vulnerable. Fue Chacón, buena amiga  mía y también de mi familia. Diputada de éxito, y ministra excelente del entonces presidente del Gobierno,  José Luis Rodríguez  Zapatero.

Querida Carme,  no te lo mereces, en absoluto. ¿Cómo es posible que hayas muerto tan joven? Te quedaba mucho por vivir. Te lloraremos inútilmente y pensaremos en tu hijo Miquel. Como si volviéramos a encontrarnos en el AVE, como tantas veces. Eras  catalana y andaluza. Vivías en tu Barcelona y en tu Madrid. Esta es la España que tú querías.  Y a ti te querremos siempre, Carme.