En materia de medio ambiente, la prevención de residuos es una de las cuestiones más urgentes para todos los países de la Unión Europea. Tanto el volumen como el peso  de la basura generada en los hogares europeos se han doblado en los últimos cuarenta años y actualmente sigue aumentado a una media del dos por ciento anual, lo que resulta del todo insostenible.

Los españoles generamos más de quinientos kilos de basura al año: cerca de un kilo y medio diario. De ese modo, y aunque superamos la media comunitaria de 513 kilos por persona al año, no estamos tan mal como los habitantes de Dinamarca, que producen 850 kilos anuales o los de Irlanda y Luxemburgo, que rondan los 700 kilos anuales.

Para evitar la enorme cantidad de basura que generamos a diario es necesario practicar un consumo más responsable con el medio ambiente, adaptando unas pautas de selección que incorporen el respeto al planeta como valor de compra, aunque antepongamos la calidad, la seguridad y el precio como prioridades, nadie dice lo contrario, pero ya es hora de que empecemos a prestar también la atención necesaria a las cuestiones ecológicas.

Y hay que hacerlo porque esas cuestiones van a ser cada vez más importantes. Y van a ser más importantes porque las cosas relacionadas con el medio ambiente se están poniendo cada vez más serias. Tanto que los ciudadanos ya no podemos mirar para otro lado y debemos asumir cuanto antes nuestra responsabilidad al actuar como consumidores, pues esa es una de las claves para eludir los peores escenarios previstos por los científicos.

Las grandes empresas lo saben, y están empezando a cambiar los criterios de desarrollo de sus productos para incorporar el de la sostenibilidad. No todas ellas, y más lento de lo que convendría, pero lo cierto es que cada vez son más las que lo están haciendo. Por eso también cada vez son más las marcas que destacan en la etiqueta de sus productos los valores medioambientales. En especial los que incorporan sus sistemas de envasado.

Lo que nos corresponde a nosotros como consumidores responsables es, diferenciando eso si la honestidad del engaño, escoger entre una y otra opción de compra la que nos obligue a gestionar el menor volumen de residuos posible. Porque mucho antes que reciclar, la medida más eficaz para contribuir a solucionar el grave problema del aumento de los residuos es reducirlos.

Consumir productos a granel, elegir los que se presentan en envases reciclables, eludir los que llevan embalajes superfluos, acudir a la compra con cesta o carrito para dejar de acumular bolsas de plástico en casa. Todas estas prácticas constituyen un paso previo al viaje al contenedor y ayudan a reducir el volumen de las basuras en casa, en las calles o en el ambiente, y evitar las emisiones de gases con efecto invernadero asociadas a su tratamiento.

De lo que se trata es de contribuir a la lucha contra el cambio climático aplicando el sentido común a la hora de comprar. De aceptar que, así como la famosa cita popular dice que “no es más limpio el que más limpia sino el que menos ensucia” cuando hablamos de basuras y medio ambiente “no es más responsable el que más recicla, sino el que menos residuos genera”.