En momentos determinados hay que saber posicionarse del lado correcto y no tenderle la mano a un impresentable como ha hecho Felipe VI Su Majestad. Entre él y el presidente del Gobierno de nuestra querida España, Mariano Rajoy Brey -el que nunca dice saber nada- han coronado, o a punto están, a Donald Trump, al emperador de los Estados Unidos y de los muchos mexicanos que viven allí, que al parecer molestan un huevo al gran peligro llamado Trump.

Acojonados, temblando, incapaces de dar la cara mientras que los republicanos les bailan las aguas

¿Pero qué es todo esto que sucede por aquí y por allá? Cómo va Don Mariano explicando por doquier que es “el interés de todos mantener las mejores relaciones posibles con EE.UU"; sea que quién sea el inquilino de la Casa Blanca" y que "seguiremos defendiendo el libre comercio”, cuando es Donald Trump,el principal hostigador de estos países hasta ahora comercialmente aliados.

No olvidemos que millones de ciudadanos norteamericanos han vuelto a salir a la calle para gritar contra el nuevo presidente que actúa como un desalmado. Ni el Rey, ni el jefe del Gobierno se han situado en el espacio de la dignidad. Acojonados, temblando, incapaces de dar la cara para oponerse a los americanos de la derecha extrema sin complejos, mientras que los republicanos les bailan las aguas.