La ACNUR -Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados- está alertando de la situación extrema que están viviendo los millones de refugiados varados en las fronteras europeas, soportando un frío que llega a veces a treinta grados bajo cero. Situación que ya se está cobrando muertos.  A día once de enero iban más de ochenta muertos en Europa por la ola de frío, y no había empezado de verdad. La mayoría de ellos personas sin hogar, personas en situación de pobreza extrema y refugiados. Y alrededor del 25% son niños y menores de 18 años. Ver las imágenes de los campos de refugiados en medio de ventiscas de nieve, con niños pequeños inmersos en una precariedad inimaginable hiela, además, el alma. Y recuerda también esas imágenes terribles de los campos de concentración nazis que hace décadas helaron también la conciencia del mundo.

En España 40.000 personas viven y duermen en la calle. En estos días de frío polar estarán muriendo cientos de ellas. No he encontrado cifras concretas, seguramente ni las hay. Pero es muy significativo que Salva, el sintecho de la plaza de Colón de Madrid, que se refugiaba en un recoveco de la Torre de Colón desde hacía ocho años, murió de frío el pasado día dos, cuando aún no había empezado la ola de frío polar. ¿Cuántas personas más habrán muerto y morirán durmiendo en la calle en temperaturas a bajo cero? No lo quiero ni pensar. Salva era madrileño, se había hecho popular por su simpatía y su buen humor. Llegó a ser un sintecho por una separación y por una depresión posterior que le hizo perder el trabajo. Es muy triste percibir ese desvalimiento que le ha llevado a un buen hombre a morir de frío en la calle en pleno siglo XXI.

Hiela el alma saber de tanta desprotección de los más débiles e indefensos; y saber que más de diez mil millones de dinero público les están costando a los españoles los casos de corrupción de la era neoliberal, más lo que quede; y saber, además, que muchos de los corruptos están en la calle y algunos incluso, presuntamente, en cargos públicos. Y mientras tanto cuarenta mil personas en este país duermen, a bajo cero, y mueren de frío en la calle. Sin embargo, la Iglesia católica, que es la mayor propietaria de inmuebles en España después del Estado, no abre ninguna puerta de sus muchos miles de iglesias, ermitas y monasterios para que las personas sin hogar no mueran de frío. Pero siguen hablando falsamente de amor al prójimo. Hiela el alma percibir tanto desprecio por la vida, tanto menosprecio por las personas desvalidas y desesperadas. Cerramos los ojos, como si no existieran. Y los que dicen dedicarse al “auxilio espiritual” de la gente miran para otro lado.  Hiela el alma tanta insensibilidad, tanta frialdad, tanta indiferencia ante el sufrimiento ajeno. ¿Dónde quedaron los Derechos Humanos?

Tras varias décadas de gestión neoliberal en Europa y en medio mundo a esto hemos llegado. A situaciones dantescas; al viejo continente ejerciendo de verdugo ante la precariedad humana. A la cultura del abuso y de la explotación descarada de la mayoría para repugnante beneficio de unos pocos. A imágenes bochornosas de vallas y de muros separando lo que llaman riqueza de la pobreza. A bebés muertos flotando en el mar que aparecen en una playa perdida. El neoliberalismo es un monstruo inclemente y sin piedad que genera miseria y después la criminaliza, que insensibiliza a la sociedad, que normaliza el crimen en la conciencia colectiva y le expande como un virus y le vende como la norma.

Realmente espero y deseo que llegue un día en el que el daño atroz que se está causando a la humanidad desde esa ideología neoliberal, que algunos llaman neofascista, sea juzgado de manera ecuánime, y sea cuantificado el horror que está causando en muchas sociedades y en millones de seres humanos. No era una broma ni un disparate ideológico pasajero. Ha resultado que es verdad, de manera implacable. Decía Ana María Matute que hay que inventar la vida porque acaba siendo verdad.  Habrá que reinventar el mundo de nuevo, si nos dejan, y si alguna vez se supera esta terrible era neoliberal que ha llenado de frío el mundo.