Informe Semanal lleva en nuestras vidas más de 40 años sin interrupción. Hasta el punto de que es el informativo más longevo no sólo de España, sino de Europa, lo que le ha valido para entrar en el Libro Guinnes de los Récords. Y si imitar es símbolo de adulación, el programa ha sido varias veces imitado y parodiado. 

Míticas eran las imitaciones que hacían Martes y Trece, en concreto una en la que informaban de cómo vivían en la cárcel los corruptos de postín y aparecían dos ladrones de guante blanco en su sauna-celda preocupados porque no se había aprobado todavía la "amnistía fiscal". Qué poco hemos cambiado en algunas cosas y cuánto en otras, como en el humor. Recuerdo un gag de hace unos años de Venga Monjas sobre "el hombre que pega latigazos en Informe Semanal".

El título hacía referencia a la canción del programa, y no a su director, Jenaro Castro, al frente del informativo tras el abordaje del Partido Popular a TVE. Desde que él se hizo cargo de Informe Semanal, la reputación del programa le ha perseguido, pero él ha sido más rápido. Castro asegura que "TVE es la televisión que más se parece a España", aunque lo único seguro es que es la cadena que más se parece a Informe Semanal: sin credibilidad y con la imagen ante los ciudadanos por los suelos.

El último hito en este camino cuesta abajo ha sido el reportaje sobre Rita Barberá emitido el pasado fin de semana. Su única virtud periodística fue la concreción, por ser capaz de recoger en tan sólo dos minutos todo el argumentario del PP que señala a los medios de comunicación y a los rivales políticos como los responsables del infarto que mató a "la eterna alcaldesa". Hasta dio tiempo a meter el testimonio de un cardiólogo que vinculase a los términos "depresión" y "muerte".

El historial reciente de Informe Semanal es completísimo: trabajadores que se niegan a firmar los reportajes manipulados, represalias laborales a los díscolos, críticas de la propia Defensora del Espectador de TVE, olvidos memorables como el de informar de la declaración de la infanta Cristina o de la entrada en prisión de Luis Bárcenas, mientras que se dedica todo un mes a hablar de la crisis interna del PSOE o se pone el altavoz en cualquier asunto que perjudique a Podemos.

La parte positiva de todo esto es el trabajo que se ahorran los humoristas gracias a que Informe Semanal ya se ha convertido en una parodia de sí mismo.