El socialismo, en general, se encuentra de capa caída. Primero, se llevaron al comunismo. Y ahora toca llevarse también a la socialdemocracia, como es bien sabido. El populismo tiende a vestirse de extrema derecha. Esta revolución es conservadora y, sin duda alguna, los vientos que corren son reaccionarios.

Joaquín  Navarro-Valls, a quien conocí hace muchos años, es licenciado en Medicina, Periodismo y Ciencias de la Comunicación. En su libro de Recuerdos y reflexiones, se dice que en 1984 fue nombrado director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y portavoz de Juan Pablo II. “Hoy se ha convertido en una costumbre hacer coincidir históricamente toda la política reaganiana, de 1981 a 1988, con la parte central del pontificado de Juan Pablo II. Ambos contribuyeron (…) a expulsar el comunismo soviético fuera de la historia. Ambos colaboraron de manera decisiva en el desmoronamiento del gran gigante con pies de barro. Para Reagan, el comunismo era “el imperio del mal”.

Ahora, es la socialdemocracia la que corre peligro. En sus investigaciones desde la universidad holandesa de Leiden, la profesora Ingrid van Biezen explica que en los últimos treinta años del siglo XX, algunos partidos del Reino Unido, Francia e Italia perdieron entre uno y dos tercios de sus miembros, y los de los países nórdicos, entre un 50 y un 60%.

El socialismo, al rebajar su listón en defensa de la justicia y la igualdad, ha dejado un hueco que los populismos aprovechan

El socialismo, al rebajar su listón en defensa de la justicia y la igualdad, su auténtica razón de ser, ha dejado un hueco que los populismos aprovechan. Si miramos a Gran Bretaña, las medidas anti austeridad, defendidas por Jeremy Corbyn, lograron masivos apoyos, pero la clase dirigente del Labour Party, con el posible retorno de Tony Blair a la vista, se dispone a recuperar el espacio perdido por su llamada tercera vía, que se demostró descafeinada.

El socialismo se tambalea. En el fondo de esta peligrosa situación, están pasando cosas muy graves. Ahí está el Brexit, contra viento y marea, en Reino Unido. Y el nuevo presidente de EEUU, Donald Trump, que de momento ya va por el mundo metiendo miedo al personal.