¿Debería haber una edad máxima para conducir del mismo modo que hay una mínima para obtener el permiso? Sobre esta pregunta y todos los flecos que la rodean han debatido este miércoles diferentes expertos dentro del observatorio Conducir a los 70 y a los 80, organizado por la Fundación Abertis.

Entre las diferentes posturas de expertos de la DGT, asociaciones, centros de seguridad, médicos y víctimas de accidentes de tráfico, la opinión conjunta ha sido que no es necesario ni recomendable poner un límite a la edad para poseer el carnet de conducir, siendo ésta una medida contraproducente para las personas mayores ya que reduce su derecho a la libre movilidad.

Para defender esta postura, la subdirectora general de Análisis y Vigilancia Estadística de la Dirección General de Tráfico, Rosa Ramírez, recordó que los conductores mayores de 70 años han aumentado un 50% en la última década pero que son los que menos accidentes al volante protagonizan, denunciando así que existe en la sociedad española y en la prensa una cierta discriminación a este colectivo mientras que, comparado con los jóvenes, son los que asumen menos riesgos al volante.

Por su parte, Luis Montoro, presidente de FESVIAL, matizó que sí se debería poner límite de edad a los permisos profesionales, como los que acreditan para llevar cargas pesadas o mercancías peligrosas.

Más en el plano técnico, Jacobo Díaz, director general de la Asociación Española de Carreteras, criticó que la política de infraestructuras que está llevando a cabo el Gobierno en las principales carreteras del Estado, con una visión mirando mucho por el ahorro, afecta directamente a aumentar los peligros para este colectivo como dejando de iluminar intersecciones o teniendo demasiados tipos de intersecciones que nos alejan “de las carreteras auto explicativas”, problemas que se agravan en carreteras convencionales. “Nos estamos tirando piedras contra nuestro propio tejado”, afirmó.

El presidente de la Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes DIA, Paco Canes, quiso puntualizar aunando las distintas opiniones de sus compañeros de debate, que se debe tener también en cuenta la gran cantidad de personas mayores que viven en el medio rural y que, como sí sucede en el medio urbano, no tienen acceso a otros medios de transporte y necesitan del coche para acudir a asuntos tan básico como el médico o la compra, para lo que tiene que trasladarse a otros municipios. “No se puede ser tajante” en las normas para los conductores mayores, defiende Canes.

Desde las instituciones médicas que realizan las revisiones para el carnet de conducir, muchas veces criticadas por tener mucha manga ancha, el Secretario General de la Asociación Española de Centros Médicos – Psicotécnicos (ASECEMP), Bonifacio Martín, defendió que en España “tenemos el mejor modelo de reconocimiento psico-físico del mundo, pero está infravalorado” y requiere de muchos más profesionales formados en la materia.

Para acabar con esa manga ancha muchas veces denunciada por el boca a boca, Martín pide que haya más inspecciones a los centros, denunciando que en algunas provincias nunca se produce este control.

Por último, desde el Instituto Guttmann, su director gerente, Josep M. Ramírez, se mostró muy tajante en la necesidad de volver al modelo de vigencias de permisos de conducir anterior a la reforma de 2009, por la que se revisaba el carnet para mayores de 65 cada año y no cada cinco como ahora. “Es un despropósito”, afirmó Guttmann, a lo cual se mostraron de acuerdo sus compañeros de debate.