El 40 por ciento de los jóvenes entre 16 y 29 años que viven en España están en riesgo de pobreza o exclusión, tasa que sube al 58,4 por ciento cuando se trata de jóvenes en paro, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que recopila un informe para pedir a las empresas y al Gobierno que tomen medidas al respecto, según ha informado Europa Press. 

Observatorio Empresarial contra la Pobreza

El Observatorio Empresarial contra la Pobreza presenta este jueves 19 de enero en Madrid su primer informe titulado "El camino hacia el empleo juvenil. Qué puede hacer la empresa". Ha sido elaborado por expertos de Ideofactum, el IESE, Fundación Tomillo y Fundación Codespa, y expone una radiografía de la situación de la juventud española vulnerable, junto a ejemplos de buenas prácticas empresariales en la empleabilidad de estas personas y propuestas de mejora.

El estudio recuerda que, como consecuencia de la crisis, España pasó a ser el país europeo con mayor índice de desempleo juvenil, tan sólo por detrás de Grecia. "Aunque la tasa alcanzó su máximo en 2013 y se atisba una ligera recuperación, aún en 2016, cuatro de cada diez jóvenes de entre 20 y 24 años que quieren trabajar no pueden hacerlo", destaca el estudio.

 ¿Quien es vulnerable?

En este informe se define a un joven vulnerable ante al empleo aquel entre 16 y 29 años que reúnen una o más condiciones como tener menor grado de formación, no lograr insertarse en el mercado laboral, trabajar sólo esporádicamente y concatenando contratos de corta duración, estar inactivo y desanimado ante la búsqueda de trabajo o sumar otros factores que pueden ser de exclusión social como inmigración, discapacidad o pobreza.

Además considera inprescindible "identificar el nexo entre vulnerabilidad social y empleo es crítico para reconocer el impacto vital que puede tener para un joven el acceso a un trabajo digno". Al tiempo que señala como las principales barreras la formación, el propio funcionamiento del mercado laboral, la falta de experiencia y la transición de la educación al empleo.

Para contrarrestarlas, el informe apuesta por medidas que involucran tanto a la Administración como a las empresas: prevenir el abandono escolar, buscar la reintegración en la educación y facilitar la transición de la educación al empleo.

 Adecuar educación con demanda laboral

Uno de los puntos señala  que en España "la oferta formativa no evoluciona al ritmo de las necesidades de las empresas", especialmente cuando se trata de la formación profesional. "Es necesario flexibilizar, en la medida de lo posible, los procesos de adaptación de los contenidos curriculares por parte de las autoridades competentes a las necesidades reales de las empresas", concluye.

Pero también considera que "la empresa tiene que involucrarse más proactivamente en la definición de los nuevos requisitos formativos y utilizar los cauces legales de contratación juvenil que permiten la incorporación del joven a la empresa durante su etapa formativa en base al modelo de formación profesional dual".