Resulta difícil identificarlo, pero es él sin sus eternas gafas de sol con las que tapaba el ojo que había perdido de niño por accidente. Según cuenta el diario El País, jugando con su hermano y unas tijeras. El que fuera presidente del PP de Castellón siempre se había resistido a ponerse un ojo de cristal.

Fabra cumple una condena de cuatro años de prisión por fraude fiscal aunque desde hace un años disfruta del tercer grado y sólo duerme en prisión de lunes a jueves. Tiene todavía dos causas pendientes.