Salvador Sostres ha vuelto de las vacaciones de Semana Santa con las pilas cargadas… de clasismo. Una vez más, el articulista de ABC vuelve a las andadas, con una columna sobre la necesidad de ser feliz, que él considera una “moda” que sólo afecta a “secretarias” y “dependientas”.

“Ahora está la moda de querer ser feliz, que también es de secretarias. Y de dependientas. Todas quieren ser felices”, señala Sostres, parafraseándose a sí mismo cuando, para defender que Mariano Rajoy no hablara inglés, señaló que “saber idiomas es de secretarias, de los que obedecen”.

“No hemos venido al mundo a ser felices. Muchos divorcios y muchas crisis de los cuarenta o de los cincuenta se habrían evitado si hubiéramos aclarado este malentendido”, defiende Sostres, que parece muy afectado por el tema marital. “Los hombres que quieren ser felices acaban comprándose un deportivo y desplumados por cualquier lagarta; las mujeres, liadas con su profesor de yoga, vistiendo la ropa de su nieta y con una médium que se lleva la mitad de la pensión que el exmarido les pasa”.

Todo un argumentario que desemboca en una defensa de los pasados días religiosos -“algo tendríamos que haber aprendido del Viernes Santo y de la Pascua”- y de la importancia de “los buenos restaurantes” como “resumen de la Civilización”. Y pone de ejemplo el comportamiento que habría que tener en la calle más exclusiva de Roma: “Si saber estar en Via Veneto fuera una asignatura obligatoria no habría okupas, ni feministas, ni ecologistas, ni prácticamente izquierda”.