Un artículo "miserable" e "infame". Es la respuesta de Ana Pérez Santamaría, amiga de Carme Chacón, al escrito que publicó Arcadi Espada el pasado 13 de abril en El Mundo en el que, sin nombrar a la exministra socialista fallecida, la comparaba con Rita Barberá.  El columnista decía cosas como: 

"LA COMPARACIÓN es un procedimiento feo, que puede llegar a feísimo. La comparación es un método de conocimiento eficaz, y a menudo eficacísimo. Yo me dedico mucho a comparar.Las pompas fúnebres de Rita Barberá, que murió ahora hace cuatro meses, fueron desoladoras. Fíjense, por ejemplo, lo que se dijo y lo que se insinuó sobre la enfermedad que provocó su muerte. Rita Barberá murió de un infarto, lógico porque estaba gorda, no hacía deporte y sus riñones y su hígado llevaban mal lo que bebía.

(...)

Rita Barberá tuvo una auténtica experiencia de poder. Su trabajo en política fue real y dejó una huella perceptible, ajena al marketing. Fue real y fue el de una mujer. Rita Barberá no solo es un símbolo indiscutible de la incorporación de la mujer a la política: es un símbolo sostenido, profundo y no propagandístico. Pero en los periódicos murió como un hombre. Tal vez no le hubiera desagradado, pero murió como un hombre. Las mujeres tienen otra muerte. En el caso de una mujer, lo primero que muere siempre con todos los honores es la mujer. En fin: algunas necrologías las escribe el periodismo y otras la Historia".

El reproche de Ana Pérez Santamaría es claro: es una vileza por la que debería pedir perdón.

"Pero utilizar la memoria de una persona absolutamente ejemplar, como Carme Chacón, para intentar rehabilitar el honor de otra es algo más que feo, es una infamia. Y hacerlo, además, cuando los admiradores, familiares y amigos de Carme aún estamos llorando su repentina muerte, infligir ese daño gratuito a cientos de miles de españoles de bien, es una muestra de vileza que no debía quedar impune. He sentido que mi deber era señalarla y pedirle, exigirle, al señor Espada que se disculpe".

(...)

Si el señor Espada quisiera hacer un elogio de su amiga Rita Barberá en esos mismos términos, sin establecer comparaciones odiosas, sin ofender a nadie, no tendría yo nada que objetar. Estaría en su derecho. Cada uno elige sus amigos. Y en cierto sentido, nuestras amistades nos definen"



Le recuerda asimismo cómo el "maestro de reporteros" Ryszard Kapuscinski decía que no se puede ser buen periodista y mala persona al mismo tiempo en 'Los cínicos no sirven para este oficio'. "El señor Espada, ilustre y cultivado periodista, no ha entendido por qué no sirve para el oficio que cree ejercer". De lo contrario, concluye, "jamás" había escrito un artículo "tan miserable".