Que el conocido como ‘violador de Pirámides’ ha quedado en libertad tras haber cumplido 20 años de prisión es un hecho. De ahí a presentarle como un hombre arrepentido que quiere mandar un mensaje de “perdón” a sus víctimas hay un trecho, o esto es lo que cree el área de Igualdad de UGT dentro de la Corporación de Radio y Televisión Española (RTVE).

En estos últimos días hemos visto como Arlindo Luis Carvalho Cordero ha pasado ante las cámaras y micrófonos de varios medios de comunicación, entre ellos TVE. Minutos que le “han servido de altavoz sin ningún posicionamiento crítico”.

Y es aquí donde el sindicato y su sección de Igualdad quieren poner la lupa. Según denuncian, aunque Carvalho fue condenado a 514 años de prisión por 35 delitos de detención ilegal con agresión sexual y 27 atracos; y pese a que él realmente confesó haber agredido a un total de 140 mujeres, fue entrevistado en La Mañana de TVE donde pudo difundir su mensaje sin que antes se dieran estos datos a los espectadores.

“Ninguna referencia a la violación de las 140 mujeres confesadas, ni al contenido de su sentencia que marca su perfil, plena condescendencia con el agresor y ninguna empatía ni referencia a las víctimas”, ha lamentado UGT. Es más, no puede entender que, tras vender la entrevista como “una gran exclusiva” conseguida por la cadena pública, los dos colaboradores “expertos” sentados junto a la presentadora, María Casado, “acabaron prácticamente haciendo la ola a Carvalho, reafirmando su mensaje de supuesto arrepentimiento y otorgándole el barniz de credibilidad”.  

Un manipulador y un calculador metódico

Para el sindicato los fallos no paran de contarse al darse cuenta que no hablaron de las víctimas, siguen si se analizan los comentarios de los colaboradores del programa.

Aunque la sentencia definía al ‘violador de Pirámides’ como un hombre manipulador y calculador metódico, la psicóloga allí presente no dudó en afirmar: “Me lo creo... es un buen signo, porque muestra su cara”. Sólo porque no ocultó su rostro ante las cámaras, esta experta dió credibilidad a su arrepentimiento.

No ser altavoces

Por todo esto, no sólo denuncian lo ocurrido, sino que exigen que se sigan las normas básicas del periodismo. “Las buenas prácticas en relación al tratamiento de la violencia de género apuntan a no ser altavoces de los agresores, y destacan especialmente el valor de incorporar a personas expertas que hagan de contrapeso documentado y firme sobre la información que estamos ofreciendo, contextualizando el problema”.

Y recuerdan que, como medio público que es, TVE debe cumplir especialmente tanto la Ley Contra la Violencia de Género de 2004 como la de Igualdad de 2007.