Este fin de semana, el suplemento dominical de El Mundo, Papel, entrevistaba a “Melisa”, la portavoz oficial de Hogar Social Madrid, el grupo nazi que mantiene ocupado un local en el centro de la capital y famoso por sus performances islamófobas y por repartir alimentos sólo a los más necesitados que demuestren ser españoles.
La entrevista saltaba al formato digital este lunes y en las redes sociales la acogida ha sido muy desfavorable, no sólo por las ideología de Melisa, sino por el tratamiento “buenista” que se le daba en Papel.
La típica entrevista a la chiquita nazi del momento en tu periódico habitual. Ya en tu quiosco.
— Rosa Swift (@rosaswift) 25 de octubre de 2016
La entrevista arranca con un cuestionario en el que Melisa niega ser nazi, fascista, racista y de ultraderecha.
¿Qué soy? Es complicado... Cualquier ideología es mucho más amplia que una palabra. De mí dicen que soy de ultraderecha y me hace mucha gracia. No puedo serlo jamás porque la derecha es liberal y yo soy profundamente socialista. Yo soy socialpatriota.
El surrealismo llega cuando se le pregunta por la esvástica que tiene tatuada en el tobillo, que se encarga de vendar cuando aparece ante los medios pero que mostró en una imagen de Instagram.
¿Es cierto?
No (se ríe). Eso no es verdad.
¿Podría ver su tobillo?
Sí, claro, pero lo que pasa... La cuestión es... que yo no quiero que se utilicen estas cosas para estigmatizar una labor social. Una esvástica no significa ciertas cosas igual que una hoz y un martillo van más allá del comunismo. No se puede ser simplista. Somos lo que hacemos.
O sea, que sí la tiene...
No, no la tengo... ¡Escúchame! La esvástica es un tema bastante desconocido. Hay muchos símbolos budistas con este tipo de rueda solar, pero nadie va al sentido real de las cosas. Nos quieren desacreditar y con llamarnos nazis o fascistas ya da exactamente igual todo lo que hagamos, todo será malo. Vivimos en una sociedad superficial, en la que nos movemos sólo por clichés y etiquetas.
¿Entonces tiene la esvástica tatuada o no?
No.
¿Puedo verlo?
No. Si no la tengo, no la puedes ver.
Bueno viendo la entrevista de @MelisaDRuiz unos comentarios sobre ella, dice que no es nazi ni Fascista de ahí su tobillo vendado. pic.twitter.com/NEpwLvsRQb
— Ruantifa (@ruantifa_) 25 de octubre de 2016
Sobre su supuesta labor social, restringida sólo a españoles, Melisa niega que sea racista. Y da la vuelta al argumento con una mentira: “Hay 176 ONG en Madrid que sólo ayudan a inmigrantes y lo hacen con fondos públicos. Eso sí me parece mal”. Algo que niegan desde la Consejería de Asuntos Sociales de Madrid: el único criterio es la necesidad y los ingresos. Otra cosa es que haya más inmigrantes que sufren necesidades.
Vale, ya me he leído la entrevista de la nazi de Hogar Social Madrid, sólo es otra tonta a las 3. La culpa es vuestra por darle coba a estos
— Soraya (@s_parias) 25 de octubre de 2016
Mola porque la conclusión es que queda en evidencia y es tontita y tiene un cacao mental la pobre... Y ES NAZI. Cojonuda la entrevista, eh.
— Hola, soy Tuices (@Tuices) 25 de octubre de 2016
Melisa defiende que la nacionalidad no la marca el DNI, sino la identidad, con el argumento de que los terroristas de Francia y Bélgica estaban nacionalizados pero “no se sentían ni franceses ni belgas”. ¿Le daría de comer a un independentista? “A ése sí, porque aunque no quiera, es español”, responde.
La entradilla de la entrevista de El Mundo a la nazi portavoz de Hogar Madrid es para enmarcar: pic.twitter.com/6qxLsuN51O
— Els quatre gats (@Els_quatre_gats) 25 de octubre de 2016
Cuando aclaras 50 veces en una entrevista que no eres nazi es que algo tienes que justificar.
— Héctor Garzón (@Hector_Garzon_) 25 de octubre de 2016
Pese a sus prejuicios (el edificio fue desvalijado por “rumanos” y de él cuelgan carteles con lemas como “Mantén limpio el Hogar Social. No estás en una casa okupa”), manejan los eufemismos con presteza: "No es xenofobia, es identidad”. No es racismo, es “justicia social”. No es fascismo, es “patriotismo”.
No puedo empezar a describir EL ASCO que me ha dado el tratamiento buenista de la entrevista a esta gentuza nazi. No puedo. pic.twitter.com/iats0n6nFp
— Migue B. Crumb (@dramatictone) 25 de octubre de 2016
Me estomaga enormemente el tono amable que tiene esta entrevista a una nazi. Luego que si Trump. Españaza de mierdahttps://t.co/Pmdd8NNnQn
— Hola, soy Tuices (@Tuices) 25 de octubre de 2016
Sus ideas racistas, aunque niegue que lo sean, las explica con una metáfora: “Cuando mezclas, se pierde. Cuando coges varios botes de pintura de diversos colores y los mezclas no sale el arco iris, sale una mancha rara”.
- ¿Qué tal la entrevista, qué te ha dicho la nazi? ¿Es nazi?
— Nacho (@ipatolorente) 25 de octubre de 2016
- No, dice que no.
- Debuti. Ponte, que publicamos mañana.
Esta entrevista podria titularse: cuando eres demasiado nazi hasta para los de El Mundo
— Dolce Vita (@_BashTheFash_) 25 de octubre de 2016
Melisa se inventa estadísticas sobre los refugiados (“obviamente no todos son yihadistas, pero uno de cada tres se declara islamista radical”), dice que no es homófoba… pero está en contra del “homosexualismo, la ideología de género que se trata de imponer” y se declara “vegana, antitaurina y antieuropeísta”.
- ¿Tienes una esvástica en el tobillo?
— Mayo (@nosinmayonesa) 25 de octubre de 2016
- Noooo
- ¿Podemos verla?
- Mire, es que no me he traído el tobillo porque el comunismo... pic.twitter.com/t0ARMmvt4Z
Sobre la entrevista a la nazi acabo de leer a una periodista decir que habría que entrevistarla "desde la objetividad, sin prejuicios. Oks.
— Sietedeoctubre (@sietedeoctubre) 25 de octubre de 2016