Para muchos, estos días comienza un ajetreo de compras de material y libros, uniformes, mochilas, reuniones escolares, charlas con otros padres cargadas de expectativas, charlas con los hijos cargadas de buenos propósitos…y vamos así dejando atrás el caótico placer de las vacaciones.

Son días complicados, pero al mismo tiempo nos acercan a un orden necesario para todos, adultos y pequeños.

Te dejo algunas sugerencias para iniciar el curso escolar con ganas.

Restaura los horarios de sueño. El primer paso antes de volver a pegarse los madrugones reglamentarios es acercarse paulatinamente, y no de un día para otro, a los horarios deseables. Si no quieres batallas la noche antes de empezar las clases, hazlo progresivamente unos cuatro o cinco días antes.

No te exijas tanto. No importa si el primer día no lo tienes todo, o si no sois los más puntuales o los que más arreglados van. Cada persona sabe qué circunstancias tiene en casa y hasta dónde puede llegar.

No seas la agenda de tu hijo. No asumas responsabilidades que resten autonomía y aprendizaje a tus hijos.  Pensamos que es más importante que no suspendan en un examen o en un trabajo que no que aprendan a ser los responsables de sus tareas.

Si tienes hijos pequeños puedes comenzar a concienciarlos con tareas ajustadas a su edad y que instauren el hábito. Por ejemplo, que ellos mismos pongan en su mochila la merienda que has preparado, o que revise antes de salir de casa si falta algo.

Todos necesitamos un tiempo de adaptación que varía en función de la edad y del temperamento. No tengas prisa.

Regula tus expectativas. ¿Qué esperas de este curso? ¿Se ajustan esas expectativas a vuestra realidad? No a la del vecino, ni a la de esa familia que va a la misma clase.

Evita las comparaciones. Compararte tú con otros padres, comparar a tu hijo con otros niños. Cada persona, ya lo sabes, es un mundo. Y cada niño o adolescente sigue un proceso evolutivo que tiene ritmo propio. Solo te servirá para frustrarte y presionar, a los tuyos y a ti mismo.

Disfruta de todos los momentos. No estés esperando a que pasen ya estos días de hacer filas, comprar y correr. Cuando al fin pasen estarás pensando en el puente de la constitución. Cuando llegue el puente, en las vacaciones de navidad. Y así irás huyendo de cada momento presente para idealizar un futuro que cuando llega tampoco puedes disfrutar. Así que encuentra algo positivo en cada pequeña tarea que tengas que realizar.