Siguen las aguas revueltas en Podemos Baleares con una nueva guerra interna, y ahora le toca el turno al Consell de Mallorca, donde estos días se vive una esperpéntica situación, el partido castiga sin sueldo a un conceller electo y le reclama el acta, al anunciar éste que abandona la formación morada.

Lucas Gálvez es conseller electo pero sin funciones ejecutivas, es una voz crítica dentro de la formación desde antes de la confección de las mismas listas electorales que le catapultaron al Consell.

“Antes de la confección del Consejo Ciudadano, varias personas, 10 concretamente, vimos movimientos extraños que nos llamaron la atención para presionar a los militantes para que votaran a determinadas personas y así incluirlas en las listas. Nos reunimos y pusimos en común todo lo que sabíamos y empezamos a trabajar para romper  con las presiones y malos rollos” explica Gálvez.

“Tuvieron un problema: nuestro trabajo, el de las voces disidentes, dio resultado, rompimos las expectativas y salimos elegidos.

“Se tiene saber algo que gente que hace meses pertenecía o era cercanos a Unió Mallorquina y a otros partidos,  como Antoni Palerm, Pascual Ribot, Juan Cañellas, se uniera a Jarabo, a la anticapitalista Camargo o al mismo Jurado para orquestar todos estos movimientos y copar las listas y así poder seguir en el poder” prosigue Gálvez.

Gálvez ha sido expedientado por su comportamiento díscolo y desde la dirección del partido dicen “que no trabaja, tiene absentismo laboral y por eso y no por su voz crítica por lo que ya se le quitó la dedicación en exclusiva” Del sueldo inicial de casi 50.000 euros brutos anuales que tenía al comienzo de la legislatura por dedicación exclusiva, ahora se queda con  lo  mínimo que le puede asignar su partido: las dietas por asistencia a plenos del Consell, unos 1.300 brutos por sesión, que suele ser una al mes.

Podemos intenta forzar su dimisión porque Gálvez es conseller electo y por tanto no puede ser destituido y él no piensa renunciar a su acta y reclama más «democracia y una vuelta a los orígenes de Podemos, sin gente que maquine para perpetuarse en el poder” y que denuncia que el partido «penaliza la crítica» a golpe de expedientes.

Galvez asegura que cree en los valores de Podemos a nivel nacional pero lo de Podemos Baleares y Podemos Mallorca, da autentica pena, vamos que puede ser de un partido que el secretario de Igualdad del Consejo Ciudadano sea un vidente que tiene un 806, por favor, yo creo en formaciones políticas que puedan cambiar el sistema, no en un totum revolutum donde todo el mundo viene a pillar” denuncia Galvez.

El conseller  asegura que  Alberto Jaraborepresenta un  grave problema para el proyecto que este nuevo partido pretendía llevar a cabo en la comunidad autónoma, no sólo es él el problema, también lo son aquellas personas que le dan su apoyo, como Jesús Jurado, Antoni Palerm o Aurora Ribot, quienes ejercen control de hierro sobre Podem Mallorca gracias al apoyo de destacados miembros de la Izquierda Anticapitalista como Laura Camargo”.

“¿Y qué ha hecho Jurado, vicepresidente del Consell, aparte de almorzar con todas las asociaciones de la Tercera Edad de Mallorca, que iniciativas a presentado?, yo te lo diré, nada, prepararse en la sombra por si Jarabo y Carmargo fallan, él está de repuesto. Están preparándose para profesionalizarse en la política, denuncia Galvéz.

 Galvez insiste en que no dejara su acta  porque el partido debería haber cumplido lo que prometió en las elecciones, y no lo está haciendo. Está justificando esto con una cantinela que todos y todas hemos podido oír en tantas ocasiones de otros partidos: “la realidad es tan diferente que hemos tenido que modificar lo que prometimos”.

“Habrá quien diga que me aferro a una silla, insiste Gálvez, nada más lejos de mi intención, y repito aquí lo que ya he dicho en otras ocasiones: pondré mi acta a disposición del partido cuando éste empiece a cumplir lo prometido a los votantes.

El ahora conseller sin grupo, asegura que se ha tenido que enfrentar a múltiples críticas relativas a una supuesta falta de cumplimiento con sus obligaciones, que hasta la histórica política del Partido Popular, Catalina Cirer, ha desmentido “a quien agradezco que fuera sincera cuando dijo públicamente que en todas las comisiones en las que coincidimos siempre me vio presente y participando activamente”