Ya bien entrada la noche, los guardas de seguridad del Parlament de Balears oyeron quedos ruidos en la tercera planta del edificio, normalmente vacía. Dado lo inusual de la circunstancia, dudaron en avisar a la Policía pero, finalmente, decidieron indagar por su cuenta.

En el camino bromearon sobre fantasmas que se refugian en los desvanes pero, una vez en el lugar, constataron que la presencia que provocaba los ruidos era la de la diputada ex podemita por Menorca, Montse Seijas, que se disponía a pernoctar en aquella estancia como ya había hecho en otras ocasiones. El lugar es confortable; concebido como sala reposo para los diputados que no viven en Palma; hay televisión, mullidos sofás y duchas bien equipadas. Según testimonios de otros diputados,  la menorquina lo usaba con cierta frecuencia. Llegada la novedad a oídos del presidente de la Cámara,  su ex compañero podemita Balti Picornell, ordenó que cada noche, a las 23.00 horas, se constatara que no quedaba nadie en el edificio.

Seijas atribuye su peculiar forma de actuar en que no encuentra hoteles en Palma (la planta hotelera de la Bahía de Palma es muy superior a la de toda Grecia, por poner un ejemplo) y no tiene amigos que la alberguen. En consecuencia, según sus palabras, bordeó la situación de “sin techo” durante varias noches. En los 34 años de existencia del Parlament jamás se ha dado una incidencia similar. Una vez descubierta su nocturnidad parlamentaria, Seijas acusa a Podemos de mantener una persecución contra su persona. En unas declaraciones a Efe asegura que “las dos noches que pude dormir en el Parlament no pasé dietas”. Parece haber constancia de que fueron más de dos noches y todavía no se ha constatado si cobró los 90 euros por noche que la Cámara asigna a los diputados no mallorquines  en concepto de alojamiento.

Podemos atraviesa un período de sobresaltos en los últimos meses. Pese a sus resistencias iniciales, la presidenta del Parlament, Chelo Huertas, tuvo que dimitir al ser expulsada del partido, junto con Seijas. Ahora se alojan en el Grupo Mixto. La sustituyó en la presidencia un diputado novel que, a la semana, impidió a la prensa entrar en un debate en comisión, con el subsiguiente escándalo en los medios. Aseguró que no lo volvería a hacer. En el próximo congreso de Podemos, la número dos del grupo está dispuesta a “mover la silla” al número uno alegando que “dada su poca formación política, tiene recorrido corto”. Y como guinda, la hilarante intervención del diputado podemita por Ibiza, Salvador Aguilera, con un lenguaje coloquial más propio de taberna que incluía expresiones como “¡…Y viva España!”, y otras sin sentido aparente. Concluyó sus palabras con un “yo lo dejo por ahora, presidente. Hasta luego”. La cámara reaccionó entre risas y estupefacción. El video se ha viralizado