A partir de ahora “todos estamos con Pedro, se acabaron los bandos; que los militantes que libremente participen en las asambleas". Fue el doble mensaje lanzado ayer por la secretaria general de los socialistas andaluces antes de presidir la reunión de la Comisión Ejecutiva Regional que aprobó la celebración del congreso socialista para finales de julio.

Un resultado inequívoco

El mensaje que Susana Díaz trasladará este miércoles al Grupo Socialista en el Parlamento andaluz irá en esa línea de ‘enterrar el hacha de guerra’: la presidenta andaluza es consciente de que ha perdido la batalla y, aun a regañadientes, ahora toca aceptar los resultados, dijeron a EL PLURAL fuentes socialistas de toda solvencia.

¿Entonces Pedro, que antes era tan malo, ahora ya es bueno? “No, la opinión que Susana tiene de él no ha cambiado, no puede cambiar, piensa de él lo que todo el mundo sabe que piensa, pero la gente ha votado y ha dicho claramente quién quiere que dirija el partido”.

La tentación de Susana

La líder andaluza deberá, en todo caso, ser muy clara en la alocución a sus compañeros en la Cámara autonómica para que todos la entiendan, pues hay dirigentes y cargos institucionales que piensan –y en algún caso temen– que Díaz puede sucumbir a la tentación de “enrocarse para seguir plantando batalla a Ferraz”.

Uno de los dirigentes consultados trasladaba a este periódico su firme convencimiento de que Díaz “no dará ni un paso atrás”. ¿Eso significa que la presidenta seguirá haciendo la guerra por su cuenta? “No lo sé, pero, por lo que a mí me llega, el enrocamiento del susanismo es total”.

Delegados: ¿batalla o batallita?

El hecho de que el PSOE andaluz haya rechazado la oferta de los sanchistas de pactar listas únicas para la elección de los 255 delegados al congreso federal de junio está siendo interpretado precisamente como signo de guerra más que como gesto de paz.

En la dirección regional, en cambio, rechazan esa interpretación, aunque la suya no puede ocultar ciertas connotaciones propias de un desquite en toda regla: “Si han estado todo el tiempo apelando a la militancia, ¿por qué vamos ahora a cargarnos con un acuerdo de despachos la libre voluntad de los militantes? Lo lógico es que la gente vote y que la representación andaluza en el congreso refleje fielmente lo que piensan los afiliados”.    

“No quieren unidad”

Para el coordinador de estrategia y comunicación del equipo de Pedro Sánchez, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, ese rechazo a consensuar las listas en los ‘congresillos’ para la elección de delegados” significa que “no tienen voluntad de vernos ni reunirnos y, en este sentido, no quieren listas de integración y unidad". El sanchismo recuerda también que en los demás territorios socialistas, salvo Aragón, sí ha habido acuerdo para pactar las listas reproduciendo en ellas el porcentaje obtenido por cada bando en las primarias del domingo.

Al contrario de lo sucedido en Andalucía, en esas comunidades los líderes del partido perdieron la batalla, lo cual los obligaría, por la cuenta que les trae, aceptar la oferta de Ferraz de ‘paz por territorios’.

La hora de medir fuerzas

Sea o no abrumadoramente susanista, la composición de la delegación andaluza no será, en todo caso, determinante para el desarrollo del congreso federal del 17 de junio que ratificará a Pedro Sánchez como secretario general y elegirá al denostado apartado del partido.

La elección de delegados sí será, en cambio, significativa a efectos de medir las fuerzas de cada facción y el grado de articulación orgánica de cada una de ellas, sobre todo de cara a la inminente batalla del congreso regional donde Susana Díaz se postulará a la reelección. Si, ahora en los congresillos, el sanchismo andaluz no lograra traducir sus votos de primarias en compromisarios tal vez descarte presentar una candidatura alternativa a la de Díaz.

Adiós a las armas

La celebración del congreso andaluz cuanto antes, aunque dentro de plazo, es interpretada por los sanchistas en esa clave: la de dejarles el menor tiempo posible para reagrupar orgánicamente sus apoyos hoy todavía dispersos.

La dirección andaluza calcula que ese 30 por ciento largo de los votos logrados por Pedro Sánchez en las primarias del pasado día 21 no tiene por qué traducirse automáticamente en un 30 por ciento de delegados; y si se traduce –argumentan–, “no pasa nada, perfecto”. Lo que no piensa hacer San Vicente, sede del PSOE-A, es regalárselo a quienes han venido siendo sus adversarios.

¿Lo siguen siendo? ¿Siguen las espadas en alto en el PSOE de Andalucía? Las fuentes consultadas aseguran rotundamente que no: “Que se lo quiten de la cabeza quienes lo piensan: Susana no va a pelearse con Pedro. Las primarias lo han dejado claro: manda Pedro y, ahora, todos detrás de él”.