Aunque el calor de Sevilla no dio tregua hasta bien entradas las nueve de la noche, no podía permitirse Susana Díaz que Pedro Sánchez le doblara el pulso en su propio feudo. En efecto, la asistencia de seguidores al mitin de la presidenta andaluza prácticamente dobló a la registrada en el acto de Pedro Sánchez.

Ambos fueron en la ribera del Guadalquivir y a unos pocos centenares de metros uno del otro. Pedro llenó y Susana también lo hizo, pero si para ver al primero se dieron cita unas 2.000 personas, en el acto de Díaz había en torno a 4.000, un cifra que la organización elevó a 5.000 personas.

El duelo era, naturalmente, más simbólico que real, puesto que la suerte está echada para ambos candidatos: no es probable que los dos mítines de este viernes en Sevilla hayan movido muchas voluntades nuevas. Los dos bandos en liza parecen muy asentados y nadie es capaz de predecir qué puede pasar el domingo en la votación a la que están llamados más de 180.000 militantes. En lo úncio que todo el mundo está de acuerdo es en que el resultado será muy ajustado.

El ejemplo de Pedro

El plato fuerte del mitin de Pedro Sánchez era la presencia de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, de origen andaluz. Aunque el socialismo francés no vive precisamente su mejor momento –“sería muy largo y difícil de explicar aquí lo de Francia”, se curó en salud Hidalgo–, la alcaldesa se mostró muy optimista con el futuro de la socialdemocracia europea, en el seno de la cual otorgó –algo hiperbólicamente– a Sánchez un papel trascendental: “Tú eres un ejemplo, nos animas a todos, no solo aquí sino en toda Europa. Has encendido una luz en el corazón y la mente de quienes piensan que otra vía es posible”.

Aquí sí somos de izquierdas

Tanto Pedro Sánchez como Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, su hombre en Andalucía, fueron muy críticos con Susana Díaz. Aunque ocupa un alto cargo en el Gobierno de Díaz, Gómez de Celis no tuvo empacho en referirse a los asistentes al mitin de la presidenta andaluza en estos términos: “Allí no se sabe si son de izquierdas o de derechas; aquí sí”.

Por su parte, Sánchez reiteró los mensajes que viene repitiendo durante toda la campaña: su apuesta por un PSOE de la militancia, su voluntad de hacer del PSOE un partido de izquierdas de verdad, sus reproches a la abstención ante Rajoy, sus dudas sobre la fe de sus competidores en las primarias. “Querían ganar estas primarias sin que votáramos, pero va a ser que no”, dijo entre vítores.

Felipe y Alfonso (y Pablo)

En el otro mitin, las cosas también transcurrieron por carriles conocidos. La candidata a la Secretaría General del PSOE y presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, estuvo acompañada por el exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra, que no intervino, así como por dirigentes del PSOE andaluz.

Díaz hizo un canto a las victorias históricas conseguidas por la “generosidad y entrega de Felipe y Alfonso”, de quienes ella aprendió que “primero era España, luego el partido y luego uno mismo”. También apeló, como ha venido haciendo en la campaña, a “un PSOE sin complejos, reconocible y con un rumbo claro”.

Como cabía esperar, Díaz tampoco se olvidó esta vez del líder de Podemos, Pablo Iglesias: “Solo le falta votar en las primarias para que yo no sea secretaria general”. Rajoy también fue objeto de los ataques de la presidenta: “Va a durar lo que este partido sea capaz de levantarse y ponerse al frente del país".

En el acto también intervinieron el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, y la presidenta del PSOE-A, Micaela Navarro.