En teoría se trata de una fiesta de la democracia, pero en realidad está siendo todo lo contrario. Con fiestas así, no hace falta hacer entierros. Aunque los contendientes –unos más que otros– se muerden la lengua para no decirse en público lo que piensan en privado, el clima de las primarias socialistas para la Secretaría General está fuertemente enrarecido. Peligrosamente enrarecido.

Y lo peor es que todos lo saben pero nadie es capaz de purificar el ambiente: unos porque no saben, otros porque no quieren y todos porque no pueden.

Algunos titulares

He aquí un puñado de titulares espigados de la prensa de las últimas semanas:

-Javier Lambán: “Si no se elimina el veneno interno, el PSOE no será alternativa”.

-Pedro Sánchez aboga por unas primarias "limpias y sin difamaciones".

-Crisis en la candidatura de Patxi López: un sector pide atacar a Díaz y a la Gestora.

-Los oficialistas del PSOE temen que Sánchez monte una escisión si pierde las primarias.

-El hombre de confianza del líder de Podemos en Castilla-La Mancha tumba los presupuestos al presidente afín a Susana Díaz.

-El ex secretario general sitúa a los susanistas en "la derecha".

Más titulares

-Un seguidor de Podemos crea la página ‘Asturias con Pedro Sánchez’.

-Susana Díaz: "Aquellos que me dicen que no hablemos de nuestro pasado, o no tienen pasado, o se avergüenzan del que tuvieron ".

-Los sanchistas denuncian el "favoritismo" de la Gestora hacia Díaz.

-La portavoz del equipo de Sánchez pide a la Gestora el cese de Heredia como secretario del Grupo Socialista.

-La Gestora pide que no se siembren dudas sobre las primarias.

-Santos Cerdán: “Hay compañeros que tienen miedo a avalar a Pedro Sánchez porque sus aparatos les están presionando".

La guerra por otros medios

El ambiente de contienda civil que ya envenenó el fatídico Comité Federal del pasado 1 de octubre no se ha disipado: si la guerra es la continuación de la política por otros medios, las primarias socialistas están siendo la continuación de aquel Comité Federal por otros medios. Ha desaparecido el ruido, pero permanece la furia; ya no se oyen gritos ni insultos, pero el fétido hedor del resentimiento lo inunda todo.

Desencadenada la guerra por los errores de la política, la lógica –descarnadamente plebiscitaria– de la guerra siempre entierra a la lógica –obligadamente matizada–  de la política. Incluso en los medios de comunicación es evidente –hasta extremos en ocasiones sonrojantes– la toma de partido por el bando de Susana Díaz o por el de Pedro Sánchez.

Mientras, el bando de Patxi López, de posiciones más difuminadas, se ha quedado en una especie de tierra de nadie con la que solo unos pocos se sienten identificados, como ocurría con aquella imprecisa ‘tercera España’ de la Guerra Civil a la que nadie echó nunca mucha cuenta.

Los que no entienden nada

Hay militantes veteranos del Partido Socialista que no entienden nada, gente hondamente apesadumbrada que no sabe explicarse cómo se ha podido llegar a este clima de enfrentamiento interno, patente en muchas agrupaciones pero particularmente visible en las redes sociales, donde los argumentos políticos desaparecen y son sustituidos por ofensivos latigazos, hirientes frases que buscan hacer daño… y lo consiguen.

Las peleas de familia son devastadoras: al conocerse tan bien entre sí los contendientes, todos ellos saben qué tecla tocar para dañar más dolorosamente al otro. 

Susana 2014 versus Susana 2017

Muchos en el PSOE recuerdan con añoranza que hace apenas tres años Susana Díaz despertaba una ilusión casi unánime entre los militantes socialistas de toda España. Aquella ilusión no se ha diluido del todo, pero ha menguado dramáticamente.

Ahora, muchos de quienes el 21 de mayo voten a la presidenta andaluza lo harán porque ven en ella la opción menos mala, conscientes de que su figura se ha erosionado gravemente en el cuerpo a cuerpo de todos estos meses con Pedro Sánchez: el mismo Pedro Sánchez que llegó a Ferraz gracias más que nada a su apoyo: un error político del que Díaz nunca se arrepentirá lo suficiente.

Pedro 2014 versus Pedro 2017

Pedro Sánchez no ha sido un buen secretario general. Tal vez el peor que  haya tenido el PSOE a la vista de cómo estaba el partido cuando él llegó y cómo está ahora, y no tanto o no solo por los malos resultados electorales, que en parte venían de la etapa de Alfredo Pérez Rubalcaba, como por la división y el desgarro habidos durante su mandato.

Pedro no supo leer el plano de situación del PSOE de 2014 ni el papel que a él le tocaba desempeñar. Si su problema hubiera sido únicamente Susana Díaz, resultaría verosímil su relato de que la andaluza nunca le fue leal; cuando su problema se llama Susana, pero también Javier, Ximo, Guillermo, Emiliano, Abel, el otro Javier, cuando su problema se llama González, Guerra, Rubalcaba, Zapatero, Chacón, Bono… cuando su problema tiene tantos nombres es que el problema no son ellos sino él.

Rambo desencadenado

Sin embargo, los argumentos de Sánchez para contrarrestar ese deterioro orgánico y electoral están siendo escuchados y respetados por muchos militantes. ¿Que el PSOE ha tenido sus peores resultados con Pedro? La culpa la tiene la irrupción de Podemos. ¿Que el PSOE está roto y dividido? La culpa la tiene la inquina de los barones.

Pedro se ve a sí mismo como un Rambo defensor de su rabiosa independencia que ha huido a las montañas para conservar el pellejo que injustamente quieren arrebatarle los mandamases del sistema: el argumento no es muy original pero arrasa en taquilla.

El día después

Hasta tal punto está internamente deteriorado el PSOE que ni siquiera cabe descartar que, tras una derrota ajustada en las primarias a la Secretaría General, Pedro Sánchez decida optar a las primarias para elegir al candidato socialista a la Presidencia del Gobierno.

¿Por qué no? Sería rozar el rizo, pero Sánchez tiene experiencia en ello: ha logrado reinventarse tantas veces estando al borde del precipicio que bien podría intentarlo una vez más.

Avales contra el desasosiego

Mientras, desde Andalucía se disimula como se puede el desasosiego derivado de la incertidumbre del resultado del día 21. Nada está escrito. Por eso será tan importante para Susana Díaz dar un golpe de autoridad sumando muchos más avales que sus adversarios, aunque ni siquiera una ventaja en las firmas es hoy garantía de victoria.

Y es que ya nada es como antes. Estas primarias no se parecen a ningunas de las celebradas hasta ahora. Estas son a vida o muerte: para los contendientes y para el propio partido. Socialistas españoles: bienvenidos al infierno.