Si Susana Díaz y Patxi López están bastante de acuerdo en que hay que rebajar la tensión interna en el Partido Socialista y hacer todo lo posible para no embarrar el campo de juego de las primarias para la elección del secretario general, Pedro Sánchez parece pensar justo todo lo contrario.

Si Díaz declaraba el lunes que “en el PSOE no hay buenos y malos” y enviaba este y otros mensajes conciliadores y Patxi López llamaba igualmente a rehuir los “enfrentamientos entre socialistas”, Pedro Sánchez dejaba muy claro ayer en Canarias por dónde irá su campaña: “Durante estos meses hemos escuchado que primero era el qué y luego el quién. Ahora que me expliquen por qué la abstención y por qué derrocaron a un secretario general elegido por la militancia, por qué no quisieron hacer un referéndum a la militancia".

Buenas y malas conductas

En su mitin en las islas, el candidato socialista pareció dulcificar la bandera del enfrentamiento al afirmar que "no hay ni buenos ni malos socialistas”, pero a renglón seguido añadió: “Hay buenas y malas conductas" y a las bases, remachó, no les gustó "cómo se depuso a un secretario general elegido por la militancia".

Y por si quedaran dudas de su apuesta por la polarización, añadió: "En estas primarias hay dos opciones, o el PSOE de la abstención a Mariano Rajoy o el PSOE de la alternativa a Mariano Rajoy".

“Usted no es decente”

En la candidatura de Díaz preocupa la agresividad con que Pedro Sánchez está planteando abiertamente las primarias, incluso en este larguísimo prólogo previo a la campaña propiamente dicha.

La estrategia de Sánchez siembra muchas dudas sobre cómo se desarrollaría, por ejemplo, un virtual debate público entre los tres candidatos a la Secretaría General del PSOE: en la memoria de personas cercanas a la presidenta andaluza resuena todavía aquel áspero “usted no es una persona decente” que Sánchez espetó a Mariano Rajoy en el debate televisivo protagonizado por ambos en la campaña de las generales de diciembre de 2015. Aunque la frase descolocó al presidente, no favoreció al aspirante, a quien se le reprochó reteradamente haber llegado demasiado lejos.

Nada que perder

En el equipo de Díaz se piensa desde hace tiempo que Sánchez “no tiene nada que perder” y por tanto tensionará la campaña hasta el límite. A su vez, Sánchez necesita plantear estas primarias como una especie de plebiscito sobre su persona explotando a fondo la veta del victimismo.

Sobre aquel durísimo Comité Federal donde fue descabalgado Pedro Sánchez, la presidenta andaluza admitía este lunes que las cosas “no se hicieron bien en general, pero, lejos de la tesis del derrocamiento, recordó que aquel día “hubo una votación para decidir si hacíamos un congreso del partido en 20 días, la propuesta se rechazó” y Sánchez la perdió.

Entregarse al PP o a Podemos

El modo en que se ven las cosas desde una y otra candidatura no augura, desde luego, una campaña plácida. Un ejemplo: mientras en el equipo de Díaz se preguntan indignados cómo es posible que Sánchez acuse a la presidenta andaluza nada menos que de estar urdiendo una gran coalición con el PP o de entregarse a la derecha, en el equipo del ex secretario general –así lo hizo ayer el diputado Guipúzcoa Odón Elorza– se hacen una pregunta simétrica pero apuntando justo en sentido contrario: "¿Cómo es posible que algunos socialistas acusen a otros de entregar el PSOE a Podemos?", planteaba ayer el exalcalde de San Sebastián.