"Ninguna de las partes concreta hecho alguno que refleje ese interés directo o indirecto, mas allá de reiterar el hecho de su cargo político durante seis años” en una Consejería "ajena a las que puedan considerarse implicadas en los hechos contenidos en el escrito de calificación", por tanto a la Fiscalía no le consta “ningún hecho o manifestación del ponente que lleve a considerar sin error alguno que tenga un interés directo o indirecto en el pleito".

Estos son algunos de los argumentos de la Fiscalía Anticorrupción para oponerse a recusar al magistrado Pedro Izquierdo, que fue secretario general para la Justicia de la Junta entre 2008 y 2014 y que ha sido designado por sorteo como ponente del juicio contra los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán y otros 23 ex altos cargos por la 'pieza política' de los ERE fraudulentos.

No ha motivo concreto

Las recusaciones han sido promovidas por el falso sindicato ultraderechista Manos Limpias y por el PP-A con el argumento común de que el hecho de haber desempeñado un cargo público es causa de abstención o de recusación.

En todo caso, el Ministerio Público insiste: "No conoce a día de hoy la existencia de motivo cierto y concreto alguno" para pedir la abstención del magistrado.

La patata caliente

Aun así, la Fiscalía parece querer desprenderse de la ‘patata caliente’ de la recusación con un segundo escrito en el que insta al magistrado a que sea él mismo quien analice cuál fue participación como alto cargo en los procedimientos administrativos relacionados con los ERE que se analizarán en el juicio.

Con una prosa algo retorcida, espera la Fiscalía que el magistrado "pueda valorar si se dan circunstancias que aconsejen un pronunciamiento sobre la concurrencia de causas de abstención, no teniendo que esperar a un momento muy posterior en el tiempo".