Los hechos son conocidos. El secretario general de Justicia de la Junta de Andalucía entre 2008 y 2014, Pedro Izquierdo, es también el juez que preside la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Sevilla, elegida ayer por sorteo para juzgar la pieza 'política' de los ERE en las que están procesados los ex presidentes de la Junta de Andalucía Manuel Chaves y José Antonio Griñán y otros 24 ex altos cargos, seis de ellos exconsejeros.

Más allá de las simplezas que puedan decirse y escribirse en las dichosas redes sociales, la limpieza del sorteo está fuera de toda duda: las tres bolitas correspondientes a las secciones Primera, Tercera y Cuarta de la Audiencia fueron introducidas en una botella de cuero y la mano inocente del secretario de la Audiencia Provincial, Luis Revilla, fue la encargada de extraer una de ellas. Y todo en presencia del presidente de la Audiencia, Damián Álvarez, y de los presidentes de las secciones Primera, Pedro Izquierdo, y Tercera, Ángel Márquez.

Dos sorteos

El proceso hasta llegar a la conformación final del tribunal es este: entre los cinco jueces que componen la Sección Primera ahora ‘premiada’ se hará un sorteo para elegir al magistrado ponente del procedimiento, quien a su vez elegirá a los otros compañeros de tribunal.

Pedro Izquierdo hubiera preferido que su nombre no estuviera en la primera bolita y confía en que no esté en la segunda, pero preguntado ayer sobre si se abstendrá, anunciaba cautelosamente que llegado el momento tomará la decisión “que tenga que tomar” y reconocía que el de los ERE “no es un asunto más”.

Apariencia de imparcialidad

Aunque técnicamente no hubiera ningún impedimento legal para que Izquierdo juzgara a sus antiguos superiores jerárquicos, el sentido común y la obligación de la justicia no solo de ser imparcial sino de parecerlo aconsejan que el ex alto cargo de la Consejería de Justicia no se siente en ese tribunal.

El argumento también vale, naturalmente, en sentido contrario: si Pedro Izquierdo hubiera ocupado durante varios años un cargo político en un Gobierno del Partido Popular tampoco sería la persona idónea para juzgar a quienes habían sido sus adversarios políticos. Con toda seguridad, el PP opina que Pedro Izquierdo debe inhibirse, aunque cabe dudar de que opinara lo mismo si los procesados fueran ex altos cargos populares y el juez hubiera tenido responsabilidades políticas en un Administración gobernada por ellos. De un partido capaz de nombrar presidente del Tribunal Constitucional a un juez que ha sido militante suyo, se puede esperar todo, es decir, no se puede esperar nada.

Justicia y cinismo

Para ciertas cosas, sobre todo si tienen que ver con la justicia, la derecha ha sido tradicionalmente bastante cínica, y lo cierto es que nunca le han faltado razones para serlo: su público siempre se mostró comprensivo con ese helado cinismo cuyo exponente más egregio ha sido sin duda el piadoso exministro y exembajador Federico Trillo-Figueroa y Martínez-Conde.

¿Qué hará finalmente el juez Izquierdo llegado el caso? Con que no haga lo que habría hecho Trillo sería suficiente.