Había permanecido nueve meses en silencio, pero este domingo ha estallado. Lo ha hecho en la cadena 13TV. El exalcalde de Granada José Torres Hurtado ha dicho en voz alta lo que muchos en su partido comentaban en voz baja y no pocos analistas políticos habían conjeturado con reiteración: que el presidente del PP de Granada, Sebastián Pérez, estaba de algún modo detrás de la operación que condujo en abril pasado a la detención de Torres Hurtado, el registro de su domicilio y su posterior dimisión solo unos días después.

Torres Hurtado acusa al presidente provincial del partido de haberle “fusilado políticamente en las tapias del cementerio” urdiendo “un montaje” cuyo propósito estaba claro: “El beneficiario era clarísimamente mi segundo en la lista, el presidente provincial del PP”.

El alcalde 'popular' y su concejal de Urbanismo, Isabel Nieto, dimitían en abril de 2016 por su implicación en una trama de corrupción urbanística con epicentro en el Ayuntamiento que Torres había estado rigiendo durante 13 años. Ciudadanos abandonó su alianza con el PP y este perdió la Alcaldía de la ciudad, hoy con alcalde del PSOE.

Dos por el precio de uno

El único consuelo que le quedó a Torres fue llevarse por delante a Sebastián Pérez, que también dimitió como teniente de alcalde aunque siguió siendo senador y presidente del PP provincial. El segundo plato de su venganza llega ahora con estas declaraciones.

En la entrevista en 13TV, emitida el domingo, Torres dijo no saber si en la operación para echarlo de la Alcaldía estaba implicada también la dirección nacional del partido, aunque se mostró en todo caso muy dolido con “el cinismo político” que habría demostrado: “Personas del PP de Granada, empezando por su presidente, me han fusilado políticamente en las tapias del cementerio”.

Cuando el vicesecretario del PP Fernando Martínez-Maíllo le pidió que dimitiera “les dije que no habría ni vencedores ni vencidos y puse como condición que el presidente provincial del PP también se iba”.

Hurtado tuvo palabras muy duras contra Pérez, al que reprochó "no recibirme, ni coger el teléfono, ni escucharme; no salió de su boca ni una palabra de presunción de inocencia". Para el exalcalde, su salida del Ayuntamiento de Granada fue "un golpe de Estado municipal, cambiando con unas denuncias el signo político sin haber investigado y sin saber si hay algo de verdad o son mentira".