A la marca andaluza de Izquierda Unida le ocurre a propósito de la fusión/absorción con Podemos lo que, salvando las distancias, le ocurre a Susana Díaz a propósito de la conquista/seducción de la Secretaría General del PSOE: que ese es su objetivo y todo el mundo lo sabe, pero ni IULV-CA ni Díaz pueden explicitar abiertamente que lo es.

No es que quieran mentir: es que no pueden decir la verdad. El sometimiento del discurso público a las exigencias tácticas es una de las servidumbres de la guerra, y la política es una forma de la guerra aunque sea, con diferencia, la mejor versión de la misma.

Este fin de semana ha habido en Sevilla pleno del Consejo Andaluz de IULV-CA, máximo órgano de gobierno de la coalición de izquierdas entre asambleas. En el orden del día, “abordar un plan de acción encaminado a dar cauce al mandato político surgido de la XI Asamblea Federal de IU celebrada el pasado mes de junio y contribuir a la construcción de un nuevo movimiento político social para la ruptura democrática".

Respaldo unánime a Maíllo

Con todos los votos a favor salvo uno en contra y cuatro abstenciones, el informe político presentado por el coordinador general Antonio Maíllo obtuvo el respaldo casi unánime del plenario. Aunque los pasos tácticos para lograrlo no sean demasiado explícitos, el objetivo estratégico de IU sí lo es: disputar al PSOE el espacio social y electoral en Andalucía. Pero ello solo es posible viajando en la misma nave que Podemos.

Maíllo lo explicaba así: "La alternativa al PSOE en Andalucía no tiene que ser el PP, que es lo peor sobre lo malo, sino que la sociedad andaluza tiene que tener una esperanza a su izquierda, donde, a través de la confluencia con otras organizaciones, se puede disputar el Gobierno a los socialistas desde una alternativa de izquierdas y esperanzadora en favor de la mayoría social".

Confluir sin desaparecer

Ni una sola mención a Podemos en los pronunciamientos oficiales. Los dirigentes de IU no nombran mucho a la formación morada, tal vez porque son conscientes de que permanece sin despejar la gran incógnita: ¿conservará IU su autonomía organizativa y su identidad política a medida que se vaya consolidando el proceso de confluencia con Podemos?

En la organización de izquierdas saben que, tras las elecciones del 26 de junio, han perdido una gran cuota de visibilidad política: ni siquiera el carisma personal de Alberto Garzón ha conseguido sacar a IU de la penumbra parlamentaria. A efectos mediáticos pero también políticos, Unidos Podemos está siendo mucho más Podemos que Unidos.

Si en Andalucía no está ocurriendo lo mismo es porque, además de propio tirón personal de Antonio Maíllo, IU sí tiene grupo propio en el Parlamento. Ahora bien, si en las próximas autonómicas ambas fuerzas van en coalición, ¿preservará IULV-CA la visibilidad que todavía tiene o le sucederá lo mismo que a su matriz federal?

La extraña votación

Cuando en IU no coincide con Podemos en alguna de las votaciones del Parlamento andaluz, afianza su propio perfil, sin duda, pero ¿convence a los suyos o los desconcierta? Esta semana se producía en la Cámara una paradoja de ese tipo: mientras que, al igual que el resto de grupos, Podemos votaba favorablemente a favor de la nueva Ley de Servicios Sociales, los cinco diputados de IU votaban en contra.

Diputados de otros grupos presentes en la Cámara en ese momento aseguran que Maíllo se sintió visiblemente incómodo con la situación parlamentaria creada y que hasta hubo un intercambio de reproches con su compañera Elena Cortés.

Ciertamente, la diputada por Córdoba había sido muy crítica con el proyecto de ley socialista, pero también lo había sido Podemos, y mientras que este se dio por satisfecho con las enmiendas incorporadas finalmente al texto, IU no se movió de su ‘no es no’. ¿Lo hizo por razones tácticas, para diferenciarse de Podemos, o fue por falta de comunicación con el grupo que dirige Teresa Rodríguez?

Un morado teñido de rojo

El dilema, en todo caso, sigue vigente tanto en Andalucía como en el resto de España. La federación de izquierdas corre el riesgo de diluirse en el magma podemita, desde luego, pero bastantes personas en IU piensan que eso no tiene por qué ser mala cosa y que esa fusión/disolución no sería en vano pues antes IU habría teñido indeleblemente de rojo el morado de Podemos.

De hecho, los dirigentes de IU interpretan en esa clave la previsible victoria del ‘radical’ Pablo Iglesias sobre el ‘moderado’ Íñigo Errejón, convencidos de que del congreso Vistalegre II saldrá un Podemos donde las ambigüedades tácticas del dilema arriba/abajo o casta/gente darán paso al menos original pero mucho más reconocible de izquierda/derecha, en cuyo caso el sacrificio de la formación fundada por Julio Anguita habría valido la pena.