Transcurridos setenta y cinco días desde el bochornoso espectáculo ofrecido gratis por el comité federal del PSOE, el profano se apresta a compartir con quien quiera leerle alguna reflexión a propósito de las sanciones impuestas a los diputados y diputadas rebeldes que osaron votar lo comprometido en el programa socialista. Comunicadas formalmente por la que debería ser reconocida desde el fatídico día como lo que es: la comisión promotora de la abstención, a fecha de hoy sólo cabe felicitar a quienes la forman y a quienes la promovieron y la eligieron. Poder seguir disfrutando hombres y mujeres de este país, incluso quienes votaron al PP, de este nuevo Gobierno presidido por el ínclito y decente Mariano Rajoy es algo que la historia ya ha recogido para siempre y los anales del PSOE seguramente lo recuerden como una de sus mayores vergüenzas y de los mayores errores cometidos hasta la fecha. Algunos, además, recordaremos a sus protagonistas responsables con nombre, apellidos y, en muchos casos, con sus imágenes. El profano está seguro de que muchas personas que han leído hasta aquí pensarán que la oportunidad para escribir todo esto y lo que queda ya pasó, pero él insiste en alinearse con aquéllas que son partidarias no de pasar página sino de releer lo escrito para no olvidarlo, como acaba de hacer el Gran Wyoming en otro periódico digital.

Con éste ánimo, el profano ha venido haciéndose durante este tiempo numerosas preguntas a algunas de las cuales cree haber encontrado respuesta. En concreto, no entrando a cuestionar la legalidad de lo sucedido desde los últimos días de septiembre hasta la fecha y a la espera de algunas sentencias judiciales que se pronuncien sobre ella, el profano cree necesario abordar el asunto de las sanciones a diputadas y diputados coherentes con el compromiso del “NO al PP y a Rajoy”, al menos en dos aspectos fundamentales: el de la legitimidad o no de la decisión tomada por la comisión y el de su arbitrariedad al tomarla.

- Sobre la legitimidad, sería  bueno saber en base a qué incumplimiento de la resolución tomada por el comité federal se propone sancionar a quienes no votaron abstención. ¿Dónde se establece que todas las señorías del grupo socialista tendrían que abstenerse? La simple lectura de las dos resoluciones acordadas por el comité federal del PSOE explicitan rigurosamente que “en la primera votación... el grupo parlamentario socialista votará no a... Rajoy” y “en la segunda votación... el grupo parlamentario socialista se abstendrá...”. En consecuencia, si en ningún caso la segunda resolución obliga a abstenerse a todas y cada una de sus señorías, ¿a qué ha venido esta ilegítima manifestación de fuerza por la comisión? Dicho exceso, ¿ha sido el resultado de la pura torpeza de sus componentes o de una compartida y malintencionada soberbia? En cualquier caso, el cumplimiento de la segunda resolución estaba garantizado con la abstención de la mayoría del grupo. Para el profano, tanta cultura de partido en la comisión y en la multitud de asesores que la eligieron y la apoyan descartan la torpeza como razón de tan retorcida decisión. 

- Sobre la arbitrariedad, ¿qué criterio se ha aplicado para sancionar a algunas señorías y a otras no? Seguro de que han existido razones para discriminar de forma tan evidente como caprichosa, al profano le parece que, al mantenerse ocultas, esconden todo lo que debería corresponder a unas actuaciones transparentes.

En resumen, si la ilegitimidad de las sanciones queda acreditada con el incumplimiento de la segunda resolución y la arbitrariedad de las mismas queda constatada por la contundencia de los hechos, sólo cabe deducir que aunque la comisión y quienes están detrás presumen de saber coser, sus cosidos resultan tan burdos que más le vale al partido encontrar quienes sepan zurcir con delicadeza los jirones que lo han destrozado.

Por último y parafreseando a Tip y Coll: “otro día hablaremos del desgobierno... del PSOE”.