En el colegio público ‘José María del Campo’ de la capital andaluza, donde un alumno de siete años habría sido víctima de una agresión por parte de otros tres escolares, no consta desde 2013 "denuncia" alguna relacionada con situaciones de acoso escolar. Esta versión oficial se aviene mal, sin embargo, con lo declarado por la madre del menor, según la cual "desde hace dos años" el chico está sufriendo "agresiones", de lo cual puso en conocimiento al centro educativo. ¿Entonces? Sencillamente, que el colegio "quiere ocultarlo diciendo que no se ha levantado ningún acta", sostiene la madre.

La delegada provincial de Educación de la Junta, María Francisca Aparicio, informaba ayer de que, en cumplimiento del protocolo de actuación de convivencia y acoso escolar, los menores relacionados con el caso continuarán en el centro hasta el final del procedimiento instruido para esclarecer los hechos.

Un parte de lesiones

La indignada madre del menor, Bárbara Martín, no está de acuerdo en absoluto con esa decisión: "¿Cómo voy a traer a mi hijo al colegio con estos niños en clase, para que me lo maten?", respondía a la Delegación Provincial de Educación tras pedirle ésta que llevara de nuevo a su hijo este mismo martes al colegio. Martín no solo no hará eso, sino que denunciará al centro. “Existe un parte de lesiones grave y me dicen que van a juntar a los niños para que sean amigos”, declaraba a los medios.

Ayer, la Delegación de la Junta, la Inspección y la dirección del centro mantenían una reunion resevarda con las familias de todos los menores implicados para contrastar las versiones y poder reconstruir el relato exacto de lo ocurrido, tras lo cual se remitirá la información a la Fiscalía de Menores.

Lo que dice la Junta

Los supuestos agresores, según el dictamen provisional de la Junta, "deben estar en el centro hasta que se termine el procedimiento, al igual que el alumno agredido". En todo caso, el procedimiento “será largo”, ya que “son niños menores y cada familia da su versión", sostiene  la Delegación.

Este es la narración de los hechos que, muy provisonalmente, hace la titular de la delegación provincial: “Todo sucede en el comedor escolar, donde una monitora escolar ve cómo se produce un conflicto entre dos alumnos; ella misma actúa aplicando el protocolo de mediación y, como es normal en estos casos, los dos alumnos se entienden y acaban la disputa. No existe desde el año 2013 ninguna denuncia de ninguna acción contraria a la convivencia escolar de ninguna familia, ni de la propia familia denunciante”.

Lo que dice la madre

La madre del menor se queja de que, después de lo que está pasando su hijo, tenga que "cambiarlo de centro", mientras que los presuntos agresores "se van a hacer los amos del colegio. Encima que mi hijo es la víctima lo tengo que cambiar yo de centro y ellos tan normal, además queriendo hacer ver que ha sido una disputa y una riña entre niños", se lamenta. Y añadía: "Mi hijo tiene trastornos alimenticios y del sueño, así como inflamación del vientre y está en su habitación con las persianas bajadas, sin querer salir de casa”.

A su vez, la abuela de uno de los presuntos agresores, Antonia Fernández, aseguraba que "los niños estaban jugando en el comedor cuando uno de ellos tiró un plato y le dio al menor en el labio" y niega que existieran "patadas y puñetazos".

En manos del Defensor

Por su parte, el Defensor del Pueblo andaluz y Defensor del Menor de Andalucía, Jesús Maeztu, ha abierto una queja de oficio, dirigida a la Delegación Territorial de Educación de Sevilla, "tras tener conocimiento por los medios de comunicación del ingreso de un menor de siete años de edad en un hospital sevillano, como consecuencia de las lesiones sufridas a manos de compañeros del centro docente en el que se encuentran escolarizados".

Maeztu entiende que "existen datos preocupantes en estas informaciones que necesitan un análisis" y señala que "una vez estudiada la información que se les remita, considerará si es necesaria una actuación más profunda".