El expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, se ha esforzadp en su declaración en el juicio por las tarjetas black por desmarcarse de la gestión de las retribuciones a los altos cargos de la entidad. Al ser preguntado por el fiscal Anticorrupción, Alejandro Luzón, en el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares, el exvicepresidente económico ha asegurado que cuando llegó a Caja Madrid en 2010 “ningún departamento me hace mención del sistema retributivo”.

Rato ha llegado a decir que se ha enterado de muchos detalles del funcionamiento de la entidad a través de la instrucción de esta causa judicial, y ha sugerido que la entidad no actuaba de buena fe.

El financiero le entregó la tarjeta
El exvicepresidente popular ha afirmado que a él le entregó su tarjeta el comité financiero y que no tuvo “motivos para dudar de que no fuera parte de su salario".


"El comité de retribuciones fijaba el salario. En ningún momento tuve ninguna duda de que estuviese mal fijada", explica Rato, que ha añadido que no se percató de que “hubiese un problema fiscal, regulatorio o de ningún tipo". 

Rodrigo Rato ha explicado que "el comité de retribuciones abordaba la remuneración que estaba detrás de las tarjetas de modo periódico" y que, en su opinión, la retribución de las tarjetas era homologable a las del sector en ese momento.

Justifica que Caja Madrid tuviera ese sistema de tarjetas
El exdirector del FMI ha dicho que entonces entendió que se trataba de una forma de pago para los órganos de gobierno y para el comité de dirección, y que, a su juicio, las cajas que dieron lugar a Bankia eran muy pequeñas y casi todas tenían dietas por asistencia, pero Caja Madrid tenía unas condiciones distintas al tratarse de la cuarta entidad de España. Las tarjetas, ha puntualizado, tenían un límite anual fijado antes de su llegada a Caja Madrid, limite que él nunca modificó y que no recuerda si gastó íntegramente, aunque "estaba dentro de sus derechos y de sus posibilidades".