Un referente moral para los socialistas, Javier Fernández (Mieres, 1948), es el presidente de la gestora que desde este sábado conducirá al Partido Socialista hasta que se elija una nueva dirección en un Congreso Extraordinario. Presidente del Principado desde 2012 y secretario general de la Federación Socialista asturiana, Fernández se ha ganado el respeto unánime de todo el partido gracias a su carácter sosegado y alejado de las confrontaciones públicas.

Nieto de un fusilado por el franquismo e hijo de un represaliado de la dictadura, el socialismo a Fernández le viene de familia. Casado y padre de una hija, Fernández es ingeniero superior de Minas y funcionario del Cuerpo de Ingenieros del Ministerio de Industria. Pese a su dilatado currículum, la vocación de servicio público le llevó a dar el salto a la primera línea política en 1991, cuando fue director general de Minería y Energía del Principado.

Desde entonces, Fernández ha sido diputado en las Cortes, consejero regional y senador. Amplia trayectoria política que en marzo de 2012 tuvo el broche de oro cuando devolvió a la izquierda -pese a que ya el PSOE estaba inmerso en una grave crisis de identidad-, Asturias, una de las tierras con más tradición minera y antaño bastión del socialismo español.

Su buena gestión consiguió que el PSOE fuese el partido más votado en las elecciones de mayo de 2015. Fernández repetía como presidente del Gobierno asturiano y se convertía en una figura indispensable del Partido Socialista a nivel nacional. De hecho, muchos en el PSOE le consideran -al margen de un excelente gestor-, un referente intelectual y moral del partido.    

Con un perfil claramente de izquierdas y muy contrario a los partidos nacionalistas que ponen en riesgo la unidad del Estado, a Fernández también se le valora su buena labor como pacificador de una organización como la asturiana, que durante años padeció cruentas guerras de familias en su seno. Ahora, es lo que tanto críticos como oficialistas, esperan que haga con el PSOE de España. Coser las heridas abiertas tras los últimos meses.

Para ello, echará mano de su veteranía y más que probada lealtad al partido. De carácter reservado y muy cercano a Alfredo Pérez Rubalcaba, Fernández no tolerará discusiones públicas ni batallas estériles. “Ofrecerá sosiego ante frente a los que intenten pescar en río revuelto. Ideología para mitigar las luchas de poder. Y generosidad ante los que hoy se sienten alejados“, indican fuentes del PSOE al ELPLURAL.COM.