Este domingo se conmemoran los Ángeles Custodios, patrón del Cuerpo Nacional de Policía. Es una jornada en la que se repite por toda España la ceremonia de entrega de medallas y reconocimientos a los agentes por sus méritos. 

El Observatorio de la Ciudadanía Contra la Corrupción (OCC) llama la atención coincidiendo con esta celebración, sobre el dispendio que supone para las arcas públicas. Según señala, conscientes de que "esta denuncia pública generara polémica a favor, y también en contra", el Ministerio del Interior que dirige Jorge Fernández Díaz, a través de la Dirección General de la Guardia Civil, ha licitado para 2016 y 2017, solo con destino a este cuerpo, una cantidad de 467.000 euros para adquirir "33.500 condecoraciones que entregar tanto a agentes como a personas ajenas", una partida económica que será similar en el caso de la Policía Nacional.

No obstante, y a pesar de que ya lo anterior llama la atención, desde el Observatorio ponen el acento en el hecho de que, "en la mayoría de las veces" esas medallas o distinciones "se entregan sin justificar por los responsables políticos".

A modo de ejemplo, la entidad menciona dos ejemplos, cuanto menos, curiosos y que se refieren a la concesión de "medallas rojas pensionadas que suponen de por vida, algo más de 300 euros mensuales".

Medalla rechazada

La denuncia es grave porque, tal y como indican, "no es de recibo" que este tipo de condecoraciones se puedan beneficiar "funcionados sin merecerlo", al no cumplir los parámetros legales que las justifiquen. 

En primer lugar señalan desde el Observatorio lo que califican como "la cara" de una moneda. Su nombre es el de Jesús María Barrientos, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Este magistrado "ha rechazado la medalla al mérito policial con distintivo blanco" que le iba a entregar el propio Fernández Díaz pero renuncia a ella ante "las actuales circunstancias de máxima exigencia por parte de la sociedad de apariencia de imparcialidad e independencia".

Precisamente, la entidad aplaude la decisión de Barrientos que califican como "inequívoca de alta moral en su profesión, ejemplo para el conjunto de toda la sociedad española".

Condecoraciones por doquier

En el lado contrario, prosigue esta denuncia, se situaría Alberto Rubio Mayo, acutal comisario Jefe de la UCOP en la comisaría de Alicante. Desvela el OCC que a punto de jubilarse acaba de ser distinguido "con una medalla roja ( 360 euros mensuales) a propuesta de la Jefatura Superior de Policía de Valencia que como es sabido dirige el anterior y polémico Comisario provincial de Alicante, José Javier Cuasante".

Denuncia el Observatorio "su escaso bagaje y currículum profesional en tareas operativas, sin que se le conozca ni haya en ningún momento expuesto su vida o la haya arriesgado en el ejercicio de su cometido, como establece la normativa para este tipo de concesiones". Sin ir más lejos, la distinción ha generado "grave malestar entre la plantilla"

Sin que cumpla Rubio Mayo los requisitos legales para ser merecedor de la medalla, dicen los representantes del OCC, "el único riesgo que pudo tener fue un accidente con un vehículo policial de los denominados 'k'", y no en el marco de ninguna operación.

De ninguna a muchas menciones

Del mismo modo, explican que estuvo adscrito durante muchos años a "tareas de relación entre los juzgados y la institución policial en la ciudad de Alicante", para luego ser designado comisario de Elda (cargo político) en el año 2012, ya con el Partido Popular en el Gobierno de la nación. Se da la circunstancia de que, mientras en su presentación para este puesto en Elda no lució condecoración alguna en su traje de gala, cuatro años después como jefe de la UCOP su pecho luciera "un número importante" de reconocimientos.

A modo de conclusión, el OCC se pregunta si este cambio se debe al hecho de mostrar "medallas con apenas valor 'profesional'" o a que en ese breve período de tiempo hubiese tenido una “espectacular consideración profesional que culmine en la irregular concesión de una medalla pensionada".