En los últimos días, los movimientos entre las filas de los acusados por la trama Gürtel y de sus defensas bien podrían calificarse como un intento a la desesperada para frenar el arranque del juicio. El último en sumarse: Luis Bárcenas.

El próximo 4 de octubre, 37 acusados se sentarán en el banquillo por la Gürtel. El inicio del juicio de una de las tramas de corrupción más grandes, sonadas y que se extendió por el Partido Popular. Será el día 4 si los intereses de los que tiene que ser juzgados no priman por encima de la Justicia.

Todos contra De Prada

José Ricardo de Prada, el único magistrado progresista en la causa, molesta. Esto es lo que piensan los acusados y por eso están poniendo todos sus esfuerzos en conseguir su recusación.

El último en sumarse a la guerra abierta contra el juez ha sido, nada más y nada menos, que el extesorero del PP Luis Bárcenas. Tal y como contamos en ELPLURAL.COM, el pasado sábado era admitida a trámite el análisis de la recusación contra De Prada, una recusación presentada por los abogados de Pablo Crespo, el número dos de la trama corrupta y mano derecha de Francisco Correa.

El martes, este mismo diario destapaba la nueva táctica para acabar con De Parada: demostrar que es “íntimo amigo” de Baltasar Garzón. Según la defensa de Crespo, “es evidente” que a Garzón le “interesa soberanamente” que De Prada sea uno de los magistrados que juzguen a los acusados por la Gürtel; los mismos que consiguieron su inhabilitación. Que sea un amigo suyo el que termine lo que él empezó. 

Ahora es Bárcenas el que se ha sumado a esta recusación al denunciar que De Prada no es imparcial. En otro escrito presentado en la Audiencia Nacional, la defensa del extesorero y su esposa, Rosalía Iglesias, piden la retirada del juez por ser amigo de Garzón. Nada nuevo.

Pero para ser originales, dan un paso más: según explican, existiría un vínculo entre la hija del magistrado y Gonzalo Boyé, el abogado que representa a Observatorio Desc, una de las acusaciones del caso.

En el último momento

Hoy era el último día para que las partes indiquen si están de acuerdo o no con la recusación de De Prada y este viernes, se sabrá si finalmente los acusados consiguen su objetivo.

Si la respuesta es un “no”, De Prada se habría librado de tres intentos de recusación y el juicio empezaría con normalidad. Toda la normalidad que puede tener una causa en la que, por primera vez en la historia, un partido político está imputado: el PP.