Están muy ocupados. O viven fuera de España. El caso es que hay toda una lista de procesados, en concreto siete de los 40, que han pedido a la Audiencia Nacional tratamiento vip. O al menos así podría calificarse el hecho de que quieran no estar presentes durante las vistas.

Entre los siete están el extesorero del Partido Popular Ángel Sanchis Perales, y su hijo, Ángel Sanchis Herrero. Ambos arguyen sus negocios en el cono sur latinoamericano para poder saltarse su presencia en un juicio que se prevé podría durar entre siete y nueve meses.

Lo mismo hace otro americano, también con historia. Nos referimos a Carlos Clemente Aguado, el hombre que estaba tan cercano a Esperanza Aguirre que, literalmente, le llevaba el bolso a menudo en los actos oficiales. Por cargo, era viceconsejero de Inmigración de la Comunidad de Madrid. Fue después del lío Gürtel, gracias a su relación con el exministro José María Michavila, diferentes cargos en el mundo del espectáculo, lo que le llevó a la vera de Shakira y a vivir en Colombia.

También por diferentes razones, han pedido ausentarse el empresario Juan Ignacio Hernández Rodríguez, Luis Valor Sanromán, antiguo director de Nuevas Tecnologías del Ayuntamiento de Majadahonda, y Pablo Ignacio Gallo Alcántara, uno de los expertos en tributaciones y testaferro de Francisco Correa, igual que Inmaculada Mostaza Corral.

La decisión sobre el tratamiento especial que solicitan estos procesados lo decidirá el Tribunal en la primera sesión, cuando se forme el próximo 4 de octubre.

Quienes sí han sido ya excusados de su presencia durante las sesiones del juicio, son el antiguo tesorero del PP, Álvaro Lapuerta, contra quien la Audiencia ha decidido “la suspensión de las actuaciones seguidas por demencia sobrevenida”, y del empresario Rafael Naranjo, por las mismas razones.