El mercado inmobiliario sigue acumulando cifras positivas, impulsado por la bajada de precios y el abaratamiento histórico de las hipotecas. Entre abril y junio pasado se cerraron 107.838 transacciones, lo que supone el nivel más alto registrado en un trimestre desde el primero de 2011, según datos del Colegio de Registradores de la propiedad. Este incremento de las ventas se concentra en la vivienda usada, dado que ocho de cada diez inmuebles son de segunda mano, y en cuatro autonomías (Madrid, Andalucía, Cataluña y Comunidad Valenciana), que suman dos de cada tres casas vendidas. 

Los Registradores calculan que cuando finalice este año se habrán alcanzado las 400.000 compraventas anuales.

Los extranjeros firmaron el 13,4% de las compras

La estadística trimestral del Colegio de Registradores explica esta mejora por los factores internos, que tradicionalmente penalizaban a la demanda durante los primeros años de la crisis. "Actualmente los mayores componentes positivos se encuentran internamente, con una notable reactivación de la demanda de vivienda, especialmente de segunda mano, una contribución favorable del sistema financiero en la concesión de nuevo crédito hipotecario, tanto en cantidad como en precios, un ritmo positivo del crecimiento económico, una creación de empleo especialmente intensa, aunque con niveles salariales todavía bajos".

Entre los factores positivos destaca el buen pulso de la demanda extranjera. Entre abril y junio se vendieron 14.000 inmuebles, lo que supone un 13,4% del total de las operaciones, muy cerca de máximos históricos. Los británicos siguen siendo el mercado que más compra, con un 19,73% de las operaciones, seguido de lejos por Alemania (7,83%) y Francia (7,05%). Este dato podría cambiar en los próximos trimestres, en los que puede empezar a mostrarse los efectos del resultado favorable a la salida del Reino Unido de la UE, a medio y largo plazo, y de la devaluación de la libra frente al euro, más en el corto plazo. Desde la fecha de la votación, la moneda británica se ha depreciado un 10% respecto a la moneda única, lo que encarece los viajes a España (es el primer mercado emisor de viajeros) y la adquisición de inmuebles en España (es el mayor comprador).