Una vez más los medios conservadores atacan al Partido Socialista con toda la artillería que otorga un editorial, es decir, la línea ideológica que lo mueve. 

Este domingo, sabedores de que el acuerdo entre PP y Ciudadanos era “inminente”, los editorialistas de 'ABC' arremeten con fuerza contra el PSOE y su secretario general, Pedro Sánchez

La estrategia de la 'caverna mediática' la marca el PP y, en particular, el presidente del Gobierno en funciones. Si ayer Mariano Rajoy hablaba de “irresponsabilidad” de los socialistas, hoy el diario de Vocento dicen que “están demostrando un lamentable concepto primario de su responsabilidad con los ciudadanos, una visión paupérrima de su capacidad para actuar políticamente en condiciones novedosas”.

Rajoy el negociador estratega

Con adjetivos como “intransigente” busca y encuentra al culpable de una hipotética repetición electoral, una “condena” para este medio. “Los mismos que desde la dirección socialista pedían a Mariano Rajoy que se moviera para lograr apoyos, se recluyen ahora en un inmovilismo táctico”, una curiosa afirmación si se tiene en cuenta que el gallego sólo ha hablado, supuestamente porque en el caso de Ciudadanos no se descarta el ofrecimiento tácito de Rivera, con formaciones que sabía que le iban a apoyar a cambio de algo.

La conclusión para este periódico se reduce a una pregunta: “¿para qué sirve el PSOE?”. Recurre al “interés general” y a la “flexibilidad” para resaltar lo que no hacen los socialistas “en un tiempo como el actual, sin mayorías definidas”.

La memoria de los peces dicen los expertos que es corta, algo que parece también ocurrir con algunos editorialistas, para quienes el PSOE solo entiende la política “con dos fines: acceder al poder como sea y evitar que gobierne el PP”.

Catalán en la intimidad

Es curioso como los ideólogos del 'ABC' olvidan que el Partido Socialista ha sido el que más ha tenido que negociar y llegar a acuerdos con otras fuerzas durante la democracia. La única vez que el PP lo ha hecho (salvo ahora y con resultado incierto) supuso la ruptura de sus principios, al pactar en la primera legislatura de Aznar con nacionalistas vascos y catalanes, pero entonces era cuestión de responsabilidad.

Ahora, Mariano Rajoy lo quiere todo hecho y masticado. También está dispuesto a hablar catalán y lo que haga falta en la intimidad, pero no por agarrarse al poder, sino por el interés general. Al fin y al cabo, como comentó en la apertura del curso político, a pesar de que su formación ha pasado por todo tipo de circunstancias, “una buenas y otras malas”, el suyo “es un gran partido que siempre gana”, o lo que es lo mismo, la regeneración ante la corrupción la otorgan las urnas, no los tribunales.

Por cierto ¿por qué los editorialistas del 'ABC' temen tanto unas terceras elecciones?