La firma del pacto para la investidura entre Mariano Rajoy y Albert Rivera tiene la virtualidad que tiene, esto es, un ejercicio voluntarista por desencallar una situación institucional insostenible a todas luces.

Poco más. Porque si el PSOE no coadyuva las cuentas no salen. Punto. Esta es la realidad y la verdad es siempre la verdad. Tanto Pedro Sánchez como el resto de la alta dirección socialista han dicho por activa y por pasiva que no moverán un escaño para que el candidato del Partido Popular sea investido jefe de gobierno. Punto. Esta es la realidad.

Logros

Dentro del acuerdo suscrito entre los dos líderes del centro derecha en España hay cuestiones realmente interesantes como la recuperación del dinero que se fue entre los dedos cuando lo de la “amnistía” de Montoro y otra serie de medidas más con las que el PP no ha tenido más remedio que tragar. Pero vuelvo a insistir, todo ello puede ser papel mojado al igual que lo fueron aquellas 200 medidas acordadas hace unos meses entre Pedro Sánchez y Rivera cuando intentaban formar gobierno.

Bien mirado los acuerdos alcanzados entre el PP y “Ciudadanos” son asuntos a los que el propio Partido Popular deberían haber hecho frente antes que pronto. Porque es algo que reclaman sus propios votantes. Desde la exigible y perentoria limpieza en la vida pública –lo cual no significa en modo alguno que se vayan a producir nuevos casos de corrupción- al establecimiento de una especie de meritocracia en la cooptación de cargos y responsabilidades.

De alguna manera con su firma Rajoy y Rivera han intentado escenificar su voluntad de sacar al país del marasmo, incluso, mirando ya de reojo o de frente la posibilidad de celebrar unas nuevas elecciones generales en el próximo mes de diciembre. Algo que no es desgraciadamente una entelequia sino algo muy real y tangible dada la situación.

El PSOE

En estas estamos cuando todo el mundo se pregunta qué hará finalmente el PSOE. Creo que hará lo que ha dicho: NO. Y el NO no sólo es a Rajoy –en mero argumento “ad hominem”-sino el NO al PP independientemente del candidato que elija para constituirse en primer ministro.

Claro que hay división en las filas socialistas. Pero todavía son mayoría, muy mayoría, los que creen que este partido no puede coadyuvar en modo alguno a que “la derecha” vuelva a instalarse en el poder.

El tiempo dirá si Sánchez y sus co/ dirigentes están en lo cierto o se trata de un error mayúsculo. En breve.