El Partido Popular se ha visto obligado a cambiar el lugar habitual de inicio del curso político. Ha vuelto a hacerse en la provincia de Pontevedra pero no en el castillo de Soutomaior, debido a cuestiones legales planteadas por la Diputación Provincial. Sin embargo, como en los mejores tiempos del 'fraguismo', se ha seleccionado un municipio con alcalde del PP y que ha sufrido uno de los mayores incendios de la época estival, Cotobade. 
Allí, Mariano Rajoy, rodeado de acólitos como si de una estrella del rock se tratara, ha sido el gran protagonista debido a las negociaciones que su formación mantiene con el partido de Albert Rivera. Algo de ese rol de actor principal se lo ha prestado al presidente del PP gallego y candidato a la Xunta el próximo día 25 de este mes, Alberto Núñez Feijóo
Sin embargo, el discurso del inquilino provisional de la Moncloa se ha centrado, sobre todo y más allá de los elogios de rigor a Feijóo, en la situación política a nivel nacional. Sabedor de que las negociaciones con Ciudadanos están listas, el siguiente paso es convencer al PSOE. Para ello, Rajoy olvida la cortesía después de los 'navajazos' mostrada con Rivera para hablar, ya con claridad, de la posibilidad de nuevas votaciones. 
En concreto, el presidente en funciones ha señalado que "sería ridículo plantear" unas terceras elecciones generales, para a continuación lanzar una andanada con mensaje a Pedro Sánchez, al decir que con el "comportamiento de algunos" tiene "dudas razonables" sobre que haya que acudir de nuevo a las urnas. 
Como viene siendo habitual, no en vano en la apertura del curso del año pasado soltó aquello de que "nadie sabe por qué cae agua del cielo", en esta ocasión ha adoptado un papel propio de un teórico en filosofía política a su manera, eso sí, y desde ese posicionamiento ha insistido, en referencia al líder socialista, en que "la democracia supone muchas cosas, pero hay una que es su esencia, debe gobernar aquel que la gente diga que tiene que gobernar", apelando a la "responsabilidad" del PSOE. 
Un gran partido
Sin embargo, y tras decir que la formación de un Gobierno es "más un deseo que un hecho", habló de su propio partido ante la avalancha de cuestiones judiciales que se asoman por el horizonte de los próximos meses y a pesar del aire ofrecido por Ciudadanos sobre qué hay que entender por corrupción. 
En este sentido, Mariano Rajoy ha avalado, de nuevo con una interpretación sui generisel paso de su formación en materia de regeneración. Así, ha indicado que el suyo es "un gran partido que ha vivido toda suerte de situaciones, algunas buenas, otras no tan buenas, pero somos el partido que ha ganado siempre".
La alusión ha sido clara y evidente a los casos de supuesta corrupción que afectan a los populares pero que, a juicio del presidente en funciones, las urnas indultan una y otra vez de ahí que el 'pecadillo' parece considerarlo superado.