Profundamente indignada, en fondo y en forma, como ella ha demostrado durante años que sabe hacer ante un micrófono, María Dolores de Cospedal compareció el 24 de febrero, tras el acuerdo entre Ciudadanos y PSOE para presentarse con un programa común a la investidura, para dar la versión oficial de su partido. El acuerdo, dijo entonces (lo pueden ver aquí debajo) puesto que no aseguraba una mayoría, “no es más que una representación para los ciudadanos, tratando de engañarlos, pero no es un acuerdo real de investidura”.

Y, Cospedal no ha sido nunca mujer falta de calificativos para los oponentes, también quiso dejar su opinión sobre Albert Rivera por prestarse a intentar que se formara un gobierno con el PSOE al frente tras la negativa de su presidente a ser candidato. Dijo entonces que “lamentablemente ver al partido de Ciudadanos como muleta del Partido Socialista Obrero Español es bastante lamentable”.

Muletas y perdedores

La frase, “Rivera, muleta del PSOE” mereció incluso gráficos y hashtags que produjo el equipo de comunicación de Génova 13.

Claro, que entonces Cospedal, en su mismo tono, también despreciaba los acuerdos parlamentarios. Entonces decía la secretaria general popular, “la democracia se mide en votos, no en acuerdos en los despachos, no en reuniones con muchas fotos para las televisiones…”.

Pacto de Perdedores

No menos paradójico resulta el debate sobre el contenido del acuerdo en sí. Nos explicamos. Para intentar atraer al PSOE al acuerdo que están empezando a negociar con Ciudadanos, los dirigentes populares, este viernes mismo lo ha hecho Pablo Casado, insisten en recordar que buena parte de aquel acuerdo PSOE-C’s, estará recogido en su acuerdo de ahora con Rivera. Sin embargo, Ciudadanos entonces, no hay más que bucear en la cuenta de Twitter del PP, era un partido que se sumaba a lo que, hashtag incluido, calificaron de #PactodePerdedores. Un pacto que contenía todos los pecados posibles del buen gobernante.

Pero todo ha quedado detrás... Incluso aquella campaña en la que echaban en cara a Rivera traicionar el deseo de sus votantes por el acuerdo con el PSOE. Creatividades y creatividades que, es lógico, no aparecerán ahora en las cuentas controladas por el PP recordando que si una cosa dejó clara Albert Rivera durante la última campaña fue que nunca apoyaría a un PP liderado por Mariano Rajoy.