Los ataques terroristas que han sacudido Francia en los últimos años han llevado a François Hollande a tomar cartas en el asunto y ha decidido reforzar las medidas de seguridad en los colegios para prevenir las ofensivas radicalistas y, en caso de que se produzcan, se actúe adecuadamente. Y es que, el autodenominado Estado Islámico (DAESH) ha situado a los infantes en el foco, adoctrinando a sus niños y señalando a la escuela laica como enemigo.

A partir del próximo curso, que arranca en septiembre, las escuelas galas deberán realizar de forma obligatoria un total de tres simulacros de atentados terroristas. De los tres ejercicios solo uno incluirá la entrada de un asaltante. Esta iniciativa se suma a las medidas ya adoptadas por los centros educativos tras los atentados acaecidos en París el pasado año.

Los colegios ya estaban obligados a contar con un adulto en la entrada, identificar a toda persona ajena a la escuela que quisiera entrar y registrar bolsos y mochilas. A partir de septiembre los centros deberán informar mediante una circular a los padres de los ejercicios de simulación, incrementar los esfuerzos de prevención mediante reuniones con los progenitores y probar un sistema de aviso por mensaje de texto un día antes del inicio del nuevo curso.

Así se lo ha trasladado en un comunicado conjunto el Ministerio de Educación y de Interior -redactado en julio pero hecho publico este miércoles- a las autoridades escolares y a las delegaciones de Gobierno. En él, aseguraban que “la seguridad en las escuelas e instituciones escolares es una prioridad absoluta” y que “los recientes atentados y el contexto de amenaza terrorista imponen reforzar la vigilancia”.

¿Qué hacer en caso de atentado?

El nuevo procedimiento establece que se debe informar a todos los presentes mediante un sistema de alarma con un sonido diferente al de incendios, para poder distinguirlo. Durante el simulacro, que durará unos 45 minutos, los alumnos deberán encerrarse en sus respectivas clases y tumbarse en el suelo alejados de ventanas y puertas. Por supuestos, todo ello guardando absoluto silencio.

Los niños, involucrados

Mientras Francia educa a sus niños para prevenir los atentados y saber cómo actuar en caso de que ocurran, en el otro bando, DAESH enseña a infantes a decapitar. El fenómeno, que en su momento fue bautizado como “Baby yihad”, se hizo viral después de que hace unos años varios yihadistas publicaran vídeos de niños practicando con muñecos tales como peluches a los que les cortan la cabeza.

Aquí se puede ver uno de los vídeos. Avisamos de que contiene imágenes que pueden dañar su sensibilidad.