Días antes de que los castellano-manchegos echaran a María Dolores de Cospedal de la Presidencia de la comunidad por los salvajes recortes de “su dieta” llevados a cabo entre 2011 y 2015, el portavoz de su Gobierno, el luego defenestrado Leandro Esteban, exigía a los responsables regionales de CCOO y UGT, en relación al proyecto de Gibacars en Almansa, que, antes de pedir explicaciones sobre algo “que creo que es intrínsecamente bueno y que se explica por sí solo, expliquen por qué no fueron capaces de denunciar situaciones tan graves en el Gobierno socialista”. Cospedal abandonó Castilla-La Mancha, el ministro Soria, que también apoyó el proyecto, tuvo que dimitir por las cuentas offshore en paraísos fiscales, y el alcalde de Almansa, el “popular”, Francisco Núñez, consiguió dar “un pelotazo electoral”, como así lo denunciaron PSOE, IU y sindicatos, y lograr la mayoría absoluta en su pueblo para el PP, mientras que 21.000 personas que habían enviado su currículo a la empresa automovilística fantasma de Gibacars veían como sus ilusiones se diluían en lo que ha sido la supuesta mayor estafa laboral de Castilla-La Mancha y una de las más importantes de España por el número de afectados.

La gran mentira apoyada por Cospedal y Soria

ELPLURAL.COM fue el primer medio de comunicación en alertar sobre los tejemanejes y las sospechosas y nada convencionales formas de actuar de los originarios responsables de la empresa Gibacars, que sin presentar proyecto empresarial alguno embarcaron en su “sueño” de fabricación de coches modelo buggy a nada más y nada menos que al entonces ministro de Industria, José Manuel Soria, y a la presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, junto al presidente en 2015 de la Diputación de Albacete y alcalde de Almansa, Francisco Núñez, que participaron en el paripé diseñado por los responsable de Giba para hacer creíble una falsa realidad como meses más tarde se demostró al dar la espantada de Almansa y dejar colgadas 21.000 ilusiones, y eso que algunos de los estafados fueron entrevistados para un puesto de trabajo inexistente.

¿Dónde están los 21.000 currículos?

Responsables directos de este supuesto engaño se fueron “de rositas” y que, hoy por hoy, continúan sin dar explicaciones, sin asumir responsabilidades políticas y ocupando puestos en la administración de destacada relevancia como es el caso de Cospedal, diputada nacional por la provincia de Toledo y todavía número dos del PP, o del alcalde de Almansa y diputado regional, Francisco Núñez, principal valedor y embajador de esta imaginaria fábrica de inexistente cadena de montaje de buggys. El grado de implicación de Núñez, que como no podía ser de otra forma perdió la presidencia de la Diputación de Albacete en 2015, queda demostrado en este video donde el alcalde ofrece todo lujo de detalles sobre la contratación de trabajadores que nunca llegó a realizarse. En este sentido, fuentes judiciales consultadas por ELPLURAL.COM aseguran que para una actuación de la justicia sería de ineludible aportación los 21.000 currículos que a día de hoy nadie sabe dónde están, quién los tiene o si han sido destruidos. Se han evaporado.

PSOE, IU y sindicatos sí pidieron explicaciones

Sin embargo, de nada sirvieron las explicaciones exigidas por el portavoz de IU en el ayuntamiento de Almansa, o las demandadas por el secretario general del PSOE por la provincia de Albacete, o las reclamadas por el responsable de UGT en Castilla-La Mancha, Carlos Pedrosa, que habló de “pelotazo electoral”. Nada, ni nadie impidió que Francisco Núñez continuara con su vida política, cobrando del erario público, y paseando “sus vergüenzas” por la plaza del pueblo del que es alcalde, nos dice una afectada por esta estafa laboral. Núñez no asumió responsabilidades políticas, ni pidió perdón, como así se lo exigió en enero la oposición, mientras que se permitía el lujo de culpar al actual Gobierno castellano-manchego, presidido por el socialista Emiliano García-Page, de ser el responsable de la espantada de Gibacars. Y no es broma, como tampoco bromearon PSOE e IU al considerar estas acusaciones “infantiles y absurdas”.

“¿Quién escribió Cien años de soledad?”

El caso es que hasta 600 personas fueron entrevistadas por responsables de Adecco, una empresa de recursos humanos encargada supuestamente de seleccionar a los aspirantes a  los 3.000 hipotéticos e inexistentes puestos de trabajo ofertados por Giba, que llegó a publicar un comunicado (ver documento) fanfarroneando de su poder de convocatoria, como decimos 21.000 demandantes, así como sobre la procedencia  de  los solicitantes (Alemania y Francia, entre otros países). “En mi grupo de seis personas, porque nos juntaban en una habitación de seis en seis ante una enorme pantalla de televisión que repetía en bucle las excelencias de la empresa y nos mostraban un video de una fábrica que nunca llegó a existir, había una chica de Bélgica que había venido ex profeso para la entrevista”, asegura a este periódico una de las personas supuestamente estafada por Gibacars. “Te metías en la página web de la empresa y te hacían tres preguntas básicas sobre el nivel de inglés y conocimientos de mecánica antes de llamarte”, añade, “yo mentí, y aun así fui convocada para la entrevista, donde me preguntaron, entre otras cosas, quién había escrito Cien años de soledad, o cuál era la capital de Australia”. Soledad y engaño la que sufrieron las 21.000 personas que un día soñaron con trabajar en una absurda y ficticia planta de montaje de vehículos deportivos en una localidad castellano-manchega (Almansa) de cuyo nombre no quieren acordarse, aunque difícilmente podrán olvidar las caras de Cospedal, Soria y Núñez.