A lo largo de 2015 España registró más defunciones que nacimientos. El dato no es menor y las previsiones no son halagüeñas. Según el Instituto Nacional de Estadística la población mayor de 65 años que ahora representa el 18,2% del total, llegará al 25% en 13 años y a casi el 40% en 2064. Las repercusiones ya son enormes para la economía (sistema de pensiones) y otras aspectos de la vida y es el preludio de que el futuro se presenta complicado para ésta y próximas generaciones.

En la actualidad, una población con edad elevada unida a la crisis económica, ha desembocado en un nivel de desempleo alarmante. Afecta a jóvenes y mayores. Se ha llegado a una sociedad “en la que con 40 años somos viejos, y como los jóvenes también lo tienen complicado, parece que sólo puden acceder al mundo laboral aquellos que cuentan entre 30 y 32 años. Es surrealista”.

Lo dice Eleonora Barone, emprendedora social que sabe de lo que habla por su propia experiencia. Ha creado mYmO, centrada en esa parte de la población que se ha quedado en un limbo laboral porque alguien ha decidido calificarlos como 'mayores'.

Esta startup de innovación social persigue dos objetivos. Por una parte, "favorecer que todo ese talento sénior que se ha quedado fuera del mundo productivo, se conecte al proceso de diseño y desarrollo creativo de proyectos de acción social".

El concepto de sénior,  aplicado al deporte, abarca a quienes superan los 21 años, pero en relación con el trabajo enseguida se asocia al 'mayor'. Por ello, en estos tiempos de prejubilaciones forzadas con poco más de 50 años y con un paro espeluznante, conviene recordar una de las acepciones de la RAE: “Superior en categoría y experiencia a quienes desempeñan la misma profesión o cargo”

No les arrinconen

En estos trabajadores centra su atención mYmO, cuyo segundo fin es facilitar herramientas para que entidades públicas y privadas hagan buenas prácticas con ellos, es decir, que no les arrinconen. Al fin y al cabo, en palabras de Barone, hay que "ser conscientes de que la sociedad está envejeciendo, la pirámide de población está invertida y el talento sénior está dentro y fuera, es nuestro cliente, nuestro futuro y una oportunidad".

mYmO surgió de la experiencia de esta arquitecto urbanista. "Mi trabajo lo compaginaba con voluntariado en la atención a mayores". En 2010 visitaba a una persona en una residencia. De esos encuentros surgió una amistad "muy bonita" y algo más. "Fui consciente de la experiencia que atesoran". La crisis empezaba a hacer de las suyas y "me di cuenta de que había mucha gente joven, de más o menos 50 años, pero joven, que buscaba alternativas". 

"Una franja invisible de 50 a 70 años"

En menos de una década la "sociedad ha cambiado rápidamente y nos ha pillado desprevenidos". A su juicio "los servicios que se prestan a los mayores no están alineados con sus necesidades. Hay una franja invisible y desatendida de 50 a 70 años que necesita acciones específicas, que nada tienen que ver con las diseñadas para los que superan esa edad".

mYmO busca desterrar el pensamiento de que alguien con 50 o 60 años tiene que dedicar su vida a estar sentado ante la televisión o jugando al mus.

No es más que reactivar aquello de que 'la veteranía, la experiencia, es un grado', o como dice Eleonora Barone "la experiencia no envejece". Alguien ha pergeñado el pensamiento de que la creatividad es cosa de jóvenes y "esto no es verdad, como tampoco que sean sólo ellos los agentes innovadores", de hecho, el emprendimiento sénior ha crecido de forma notable.

Su forma de ayudar es sencilla, siendo el auténtico banco de trabajo su web y las redes sociales (Twitter, Facebook, LinkedIN, Google +Youtube). Cuando alguien llega a mYmO le informan de qué es, qué hacen y qué proponen. A continuación se elabora "una especie de registro de talento" porque todo el mundo "tiene un talento", aclara. "No porque hayas trabajado en un banco sólo sabes, yo qué sé, de riesgos financieros". mYmO persigue rescatar esos talentos dormidos. "Al final es buscar un cambio".

Ideas y proyectos

Los interesados pasan a grupos desde los que se generan ideas que se convierten en proyectos para ofrecer a clientes. "Estamos hablando con el Ayuntamiento de Madrid para favorecer la trasformación de los centros de mayores -afirma Barone-; son casi guetos para jubilados". El propósito es incrementar su aprovechamiento.

Otra iniciativa que también ofrecen son “procesos de innovación sumando diversas generaciones, o talleres para niños en colegios o centros de mayores utilizando a una persona mayor para temas de sensibilización en materia de género o educación en valores”.

Su fundadora reconoce que la tarea de mYmO no es sencilla. Requiere de la mentalización del jubilado, prejubilado o parado sénior y de la sociedad. "Nos llega gente con 50 años prejubilada o con más o menos esa edad, que está desempleada". La labor consiste en que "se involucren en un proceso creativo y no acaben en una tarea mecánica, como sucede en muchas ONGs". 

La parte empresarial

La empresa es una pata fundamental de esta transformación. "Su sensibilización es prioritaria para introducir, por ejemplo, programas de diversidad generacional dentro de sus plantillas, retrasar la jubilación voluntaria reduciendo el tiempo de trabajo que lo ocuparía un junior, o propiciar una dinámica de traspaso de conocimiento... reinventarnos para que no sea tan de golpe todo". El planteamiento actual en palabras de Barone conduce a que "plantillas jóvenes pero inexpertas". Con una simple reducción de sueldo y horario la compañía se beneficiaría con "un traspaso de conocimiento" nada traumático y muy productivo, propone.

El cambio de mentalidad por el que pelea mYmO empieza a producirse pero no al ritmo necesario. Algunas áreas de RRHH y la propia sociedad mantienen tabúes que no ayudan. "Creo que la persona jubilada se encuentra en una situación muy parecida a la de una persona desempleada", afirma Eleonora. Queda, por lo tanto, mucho camino por recorrer.