Durante las Jornada Mundial de la Juventud, que se está celebrando en Polonia, el papa Francisco realizará una histórica visita al campo de concentración nazi de Auschwitz, enmarcada dentro de un gran despliegue de seguridad tras los atentados del Estado Islámico de estas semanas.

Sin embargo, dicha seguridad no ha salvado a Francisco de una aparatosa caída durante una misa para conmemorar el 1050 aniversario del “Bautizo de Polonia”, la conmemoración del bautizo del príncipe Mieszko I que convirtió al reino oficialmente en cristiano.

La ayuda de quienes le rodeaban fue inútil y el Papa terminó en el suelo después de rezar a la Virgen Negra, tal y como publica La Nación, aunque el pontífice continuó la misa con normalidad.

Este no es el primer tropezón de Francisco. En 2013, en una reunión con cardenales en el Vaticano, trastabilló y casi cae. Y en México, este año, salió a saludar a los jóvenes y un grupo provocó que cayera sobre una persona en silla de ruedas.