No sé dónde estarían ustedes el pasado miércoles por la mañana. Si tuvieron la suerte de no estar delante de la televisión, y viendo Antena 3, se perdieron la vergonzosa entrevista con la que agasajaron en Espejo Público al diputado Diego Cañamero.  Si les sobran 17 minutos y tienen a mano una caja de Almax, les recomiendo que le echen un vistazo.

Podrá gustarles más o menos Diego Cañamero. Y, por supuesto, podrán estar en contra de que defienda a Andrés Bódalo o pida un indulto para el sindicalista, encarcelado por una agresión a un concejal socialista en 2012. Incluso podrán cuestionar la labor del andaluz en la lucha por los derechos de los jornaleros. Pero lo que no se puede hacer, bajo ninguna circunstancia, es faltar el respeto a un representante democrático del pueblo español como se hizo en el plató de Antena 3.

La condescendencia con la que Alberto Casillas intentó a explicar a Cañamero su visión de la democracia, exigiéndole que representase a todos los ciudadanos por igual y no sólo a los que le han votado es contradictoria. Porque estoy seguro de que no se atrevería a tratar así a ningún otro representante público, sobre todo si luce corbata en vez de camiseta. Pero, además, es una imposición que no se acepta para otros diputados que no tienen reparos en defender a las clases más pudientes y legislar para que paguen menos impuestos o exploten aún más a los trabajadores.

Esta doble vara de medir podría justificarse en la estrategia empresarial de Atresmedia de tener un canal de izquierdas, como La Sexta, y uno de derechas, como Antena 3. Pero yo no he visto nunca en la cadena progresista semejante muestra de desprecio y superioridad moral contra los diputados conservadores, o al menos no en su cara. Y, desde luego, no he visto a los periodistas de La Sexta insultar a los diputados del PP de Valencia que pedían el indulto para el corrupto exalcalde de Torrevieja o reírse de los problemas de dicción de Mariano Rajoy como sí se hizo en ese plató, o hizo hace poco Ana Rosa Quintana cuando negó a Cañamero el derecho a tener escaño por decir “pograma”.

Y, sobre todo, sorprende el acoso al que le sometieron por decir que donará todo su sueldo a la “Caja de Resistencia contra la Represión en Andalucía”. “¿Sabrá que tiene que pagar impuestos también por donar el sueldo?”, le chillaban desde plató, como si fuera un delincuente. Cañamero también comentó que ha cobrado el jornal de este mes, hasta el día 30, por lo que ha pedido que no se le pague sueldo del Congreso este mes, algo que tampoco hizo ninguna gracia a los presentes. Poco antes, el diputado jienense había dicho que aún le quedaban cuatro años para pagar la hipoteca de la casa en la que llevaba 25 años viviendo.

Cualquier otro liquidaría su hipoteca en un pispás, sólo con la extra que reciben por venir de fuera de Madrid, aunque tengan casa en la capital. Hace un año había más de 60 diputados en esa situación. Que tengan cuidado cuando les llamen de la televisión, que seguro que les someten a un tercer grado. Seguro.