Digo tontos y vosotros podéis poner lo que os parezca más adecuado. Alguno me dirá que son cobardes, otros me dirán que son torpes, seguro que alguien les llamará inútiles. Pero yo insisto, tenemos unos líderes políticos tontos.

No puede ser que no haya manera de formar Gobierno en España porque nadie tiene mayoría absoluta desde las urnas. No puede ser. En medio mundo democrático una situación así ocurre cada dos por tres y la consecuencia son pactos diverso. Traemos esta situación a España y nadie sabe cómo se pacta, cómo se exige, como se cede, como se compone un Gobierno entre distintos partidos políticos.

¿Por qué en España pasa algo que no pasa en ninguna parte del mundo democrático? Pues porque tenemos unos líderes políticos tontos.

Ya se que a los ciudadanos de la calle les tiene casi sin cuidado lo que pasa en el Parlamento. Pero a los líderes de opinión, a los líderes empresariales, a los líderes sindicales y a alguna gente corriente le empieza a preocupar la incapacidad de los líderes políticos para llegar a algún acuerdo. Pronto se darán cuenta que han votado a unos tontos.

Mariano Rajoy, sin duda es el más pillo, pero no hay manera de saber si es listo. Silencios, misterios, confusas negociaciones y al final aviso (escandaloso) de que su mayoría pude ser que no le sirva para jugar fuerte. Es el primer tonto.

Oye, compañero de país, compañero de España, me parece que no nos estamos dando cuenta de que lo que nos pasa es muy serio

Pedro Sánchez, era hasta ahora el más valiente: se la jugó con Ciudadanos en la anterior legislatura. Pero en este momento ha desaparecido y ha decidido que sean los demás los que hablen y propongan. Es el segundo tonto.

Pablo Iglesias, ha sido ultimamente el cabeza de lista de los cambios populares. Y el más liante institucional. Mucha gente esperaba algo hasta que -tras la bofetada de las últimas elecciones- ha entrado en modo silencio prudente. Es el tercer tonto.

Albert Rivera, fue capaz de acompañar al intento novedoso de Pedro Sánchez para conseguir un Gobierno desde la minoría, pero le ha entrado un ataque de racionalidad parlamentaria y se ha tropezado con las matemáticas. Está en seria crisis. Es el cuarto tonto.

¿Y qué hacemos nosotros ante este conjunto de líderes más bien tontos? Pues nada: esperar, opinar en familia, escribir en algún blog y esperar a poder volver a votar a los mismos tontos. Porque igual eso ocurre.

Oye, compañero de país, compañero de España, me parece que no nos estamos dando cuenta de que lo que nos pasa es muy serio: todos nuestros dirigentes políticos son tontos (o lo que sea).

¿Qué podemos hacer?