Mucho se habla estos días de la presión de algunos barones y demás sectores socialistas sobre su secretario general, Pedro Sánchez, a propósito de apoyar (por activa o por pasiva) o no la investidura de Mariano Rajoy. Esta semana se inician los contactos con el Rey para saber si existe posibilidad de acuerdo suficiente para la constitución de un Gobierno del PP en minoría.

El propio secretario general del PSOE no hace declaraciones públicas desde hace tiempo y el jueves es cuando está previsto su encuentro con el monarca. Rajoy, a pesar de los vaivenes y rechazos de Albert Rivera, contará con su respaldo, bien en forma de abstención, bien votando a su favor, algo que el líder de la formación naranja ha negado pero que se pone en entredicho al filtrarse que su equipo habla de políticas económicos con el del presidente en funciones. Incluso este fin de semana, algún medio de comunicación mencionaba la posibilidad de que Rivera ocupase una vicepresidencia.

Votará en contra

La clave, una vez más, la tienen los socialistas. Según fuentes de la ejecutiva que cita este domingo la agencia Efe, Sánchez le transmitirá a Felipe VI su decisión de votar en contra de la posible investidura de Rajoy. 

En palabras de las mismas fuentes "la posición no cambia", porque no han surgido elementos nuevos como para que el PSOE se plantee un rumbo diferente por lo que "al seguir todo igual", el secretario general será tajante en su audiencia con el Rey.

Desde Ferraz se considera que el aspirante 'popular' tendrá garantizada su elección con el voto afirmativo de Ciudadanos y Coalición Canaria, a los que habría que añadir la abstención de PNV y PDC, la nueva marca de Artur Mas que este sábado aseguró que no respaldará al candidato del PP, si bien pocos confían en esto tras lo ocurrido con la designación de Ana Pastor como presidenta del Congreso.

Sacrificio muy grande

Si los nacionalistas dieran su apoyo, el PSOE quedaría liberado de un posicionamiento complicado, de ahí la rotundidad en su planteamiento. La abstención en la reelección de Rajoy supondría "perder la confianza" de los militantes y su electorado, un sacrificio demasiado grande. 

"Nuestra gente dice que nos ha votado para que gobierne el PSOE, no para que gobierne el PP. Y que si se tiene que ir a unas terceras elecciones, vamos y punto", aseguran a Efe desde la Ejecutiva Federal.

"Nos pide responsabilidad, pero ¿Podemos no es responsable con 71 diputados?", añaden, para sugerir que los socialistas podrían plantearse en último instancia una abstención si también lo hace la formación de Pablo Iglesias.

Iglesias desaparecido

Precisamente el partido morado es el que parece que ha quedado más tocado tras los comicios de junio. Su secretario general poco aparece en los medios de comunicación, a diferencia de hace algunas semanas. El papel de principal partido de la oposición lo tiene complicado puesto que si el PSOE no apoya ni se abstiene en la investidura de Rajoy pero éste logra los respaldos necesarios, la próxima legislatura Podemos estará marcado por su negativa a respaldar a Pedro Sánchez en marzo.

Volviendo a los socialistas, indican a Efe que el PSOE "va a estar siempre en la solución" y que el objetivo es evitar las urnas. No obstante tampoco cierran la puerta a unos terceras elecciones en menos de un año, algo que justifican señalando que si las hay "no será por nosotros",