Poco a poco Múnich se despierta de la tensión vivida desde la tarde de este viernes motivada por el tiroteo ocurrido en las inmediaciones de un centro comercial. La confusión fue enorme durante las primeras horas, hablándose de varios episodios similares en diferentes puntos de la ciudad. A ello contribuyó el mutismo del Gobierno alemán que, transcurridas tres horas desde que se registraron los primeros disparos, no ofrecía dato alguno.
Finalmente, la dramática jornada se ha cerrado con un saldo de 9 fallecidos, además del propio autor de los tiroteos. Según la información oficial se trataría de un germano-iraní de 18 años, sin antecedentes penales y residente en Múnich, que tras la masacre decidió suicidarse. 
El cuerpo del joven, que usó una pistola, fue hallado en una calle aledaña del centro comercial donde se produjo el tiroteo, con signos claros de suicidio, tal y como ha informado en rueda de prensa el jefe de la Policía muniquesa, Hubertus Andrä, para añadir que se desconocen totalmente los motivos de su ataque.
 
Además de los nueve muertos en el tiroteo, hubo 21 heridos de diversa consideración, entre ellos algunos niños; 16 siguen ingresados y tres están en estado grave. "De momento no vemos ninguna similitud", respondió el mando policial al ser preguntado sobre paralelismos con el atentado cometido el lunes por un refugiado afgano de 17 años que, inspirado en la propagada yihadista, atacó con un hacha y un cuchillo de los pasajeros de un tren regional, con un balance de cinco heridos.
 
La policía, recalcó Andrä, trabaja sobre un tiroteo y no puede avanzar si se trata de un atentado o de acto de locura porque desconoce los motivos del joven, cuyo entorno está siendo investigado.
 
Cabe recordar que el ataque se produjo sobre las 15.50 GMT y mantuvo durante horas en vilo a las fuerzas policiales de la ciudad, hasta que poco antes de las 00.00 GMT del sábado se desactivase la alarma.
La confusión ha sido una constante en todo este tiempo, puesto que si bien el ministro alemán de la Cancillería, Peter Altmaier, había hecho hincapié en que se investigaba en todas direcciones, sin descartar ni un ataque ultraderechista ni un atentado yihadista, pese a no existir indicios en esa línea, un portavoz policial indicó poco después del tiroteo que éste se había abordado como un atentado terrorista porque los testigos informaron de que el ataque había sido perpetrado por tres personas con armas largas.
Precisamente, algunas cadenas de televisión no alemanas recogieron el testimonio de supuestos testigos que aseguraban que el autor de los disparos gritaba constantemente Allahu Akbar (Alá es el más grande).